Clima, culpa y beneficio
En la moderna tragedia diaria, cada huracán, incendio o inundación tiene un culpable predestinado: el cambio climático. Culpable universal, perfecto para titulares y discursos políticos, ... carga con nuestra torpeza urbanística, la improvisación burocrática y la voracidad económica de unos cuantos ejecutivos otrora con traje y corbata, hoy con camisetas y pantalones de diseño. La naturaleza ruge, nosotros gritamos «¡catástrofe global!», y, mientras tanto, bancos, compañías aseguradoras y empresas constructoras se frotan las manos detrás del telón.
La economía sonríe con ironía: los gobiernos despilfarran en la reconstrucción mientras ignoramos la prevención, se construye donde no se debería, se premia la imprudencia y se asegura que los contratos millonarios caigan en manos de quien financia campañas políticas. El desastre se convierte en un negocio redondo: más dramático es el titular, más jugoso es el cheque.
Los medios, artistas consumados del alarmismo, transforman la tragedia en espectáculo. Fotos dramáticas, titulares apocalípticos y la promesa de que cada desastre es único. La audiencia se asusta, comparte y comenta, mientras los verdaderos culpables –mala planificación, corrupción, especulación inmobiliaria– bailan entre bambalinas.
Ironía moderna: el cambio climático, humilde y silencioso, carga con toda la responsabilidad mientras el negocio crece y el espectáculo continúa. Cada desastre es una función de tres actos: alarma mediática, discurso político y beneficio económico. Nosotros, espectadores pagadores, aplaudimos sin enterarnos de que la obra ha sido escrita por nuestra propia negligencia.
En definitiva, no es la catástrofe la que gobierna, sino nuestra mezcla de miedo, codicia y teatralidad. El verdadero protagonista –el clima– tan solo observa, víctima de una fama que no merece y de una culpa que no es suya, mientras los intereses económicos celebran con champán el show que nosotros, ingenuos y alarmados, contribuimos a mantener en cartelera.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión