Nobel de Economía
El Premio Nobel de Economía 2025 ha recaído en tres pensadores, Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt, por haber explicado, con rigor y elegancia, ... el crecimiento económico impulsado por la innovación. Un premio que devuelve el protagonismo a las ideas frente al materialismo marxista que aún ronda ciertas escuelas del pensamiento económico.
Joel Mokyr, historiador económico, lleva décadas recordándonos que las grandes transformaciones no nacen del vapor o del carbón, sino de las mentes que se atreven a imaginar nuevas formas de usarlos. Reivindica la importancia de la curiosidad, la libertad intelectual y las instituciones que permiten discutir sin miedo.
Philippe Aghion y Peter Howitt formularon la teoría del crecimiento schumpeteriano, donde el progreso se construye sobre la «destrucción creativa»: la empresa que innova desplaza a la que se acomoda. Su modelo explica cómo la competencia, lejos de ser un obstáculo, es el combustible del avance tecnológico y del bienestar a largo plazo.
Este Premio Nobel es también una réplica amable –aunque firme– a quienes, con fe marxista y reflejo materialista, siguen creyendo que la infraestructura económica moldea las ideas. Los tres, Mokyr, Aghion y Howitt, muestran que, más bien, son las ideas las que acaban levantando la fábrica.
En un mundo que busca reinventarse frente a la digitalización y el cambio climático, su mensaje es claro: el bienestar futuro dependerá de nuestra capacidad para seguir innovando.
El galardón concedido a los tres pensadores subraya que la economía no solo mide riqueza, sino también la fuerza de las ideas que la hacen posible.
Y así, con una ironía fina, la Academia sueca nos recuerda que el progreso no se imprime en acero ni en billetes, sino en neuronas. Porque incluso el martillo más duro necesita, antes, una buena idea que lo empuñe.
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