Borrar
Una joven camina por una calle de Valencia mientras escucha música con unos auriculares L.P.

La era de la comunicación

A la última ·

En los veranos del pueblo, ya entrado septiembre, solía cruzarme por los caminos con matrimonios veteranos que iban paseando juntos, apurando los últimos domingos de calor. Era un espectáculo silencioso e inquietante

Pío García

Logroño

Viernes, 4 de julio 2025, 00:25

En los veranos del pueblo, ya entrado septiembre, solía cruzarme por los caminos con matrimonios veteranos que iban paseando juntos, apurando los últimos domingos de ... calor. Era un espectáculo silencioso e inquietante. Él iba con la oreja pegada al transistor y ella miraba al infinito como si le hubiese caído la perpetua. No hablaban, no se miraban. De aquella radio iba saliendo un alboroto de penaltis en la Condomina, de goles en Riazor, de tarjetas rojas en San Mamés. El hombre no perdía ripio, pero tampoco sonreía ni echaba juramentos; asistía al carrusel con una seriedad imperturbable, como de notario obligado a revisar documentos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes La era de la comunicación

La era de la comunicación