Vivienda camaleónica

Y es que si 'camaleónico' tiene mala fama para las relaciones personales (no ser fiable, etc.) en actividades como la vivienda observamos que ahora sucede lo contrario que hace años y el sector está surfeando la crisis incluso con subidas de precios que se adelantan a la economía. ¿Casualidad o efecto camaleónico? Más bien lo segundo. La situación en Cantabria no es ajena ni a la pandemia (restricciones de movilidad y crisis social) ni a lo común en otras regiones (debates acerca de controles de precios de alquiler, ocupaciones de viviendas y alquileres sociales, así como prohibiciones de desahucios o expropiaciones temporales y fenómenos de 'vivienda vacía'). Se atisba así un fuerte aumento de la demanda de vivienda y buen ejemplo es que según los últimos datos mensuales del INE, se inscribieron en los registros un 8,6% de compraventas de viviendas más que el mes anterior, siendo esa la cifra más alta de los últimos 12 meses. Y es que aunque Cantabria sigue aún junto a otras tres regiones del norte y Extremadura entre las cinco autonomías con menos de 1.000 operaciones en este último mes, las previsiones siguen siendo claramente alcistas. En otras palabras, el camaleón del sector inmobiliario se está levantando mientras que otras actividades económicas aún no. Los motivos son muchos y variados: nuevas tendencias como el teletrabajo o la economía verde, respuesta pública distinta a la Gran Recesión de 2008-2014 (en forma esta vez de ERTE, moratorias en las hipotecas o fuerte competencia entre entidades bancarias pues hay bajos tipos de interés y crédito barato lo que hace que la vivienda sea un activo de inversión fundamental incluso para no residentes en la región...).

En definitiva, estemos atentos al mercado puesto que probablemente no volverá a cometer los errores del pasado si persisten las ayudas públicas y avanzan significativamente los procesos de vacunación y con ello la movilidad. Así, esta vez parece que no se repetirá la misma historia de la crisis inmobiliaria que vivimos hace casi una década. Ya decía Heráclito: «Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río»... Ni siquiera el camaleón.