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Cremona, una joya histórica y artística a orillas del río Po

Cremona, una joya histórica y artística a orillas del río Po

Su hermoso territorio aúna vastas llanuras y amplios prados que se mezclan con espesos bosques creando un entorno mágico

Álvaro Romero

Jueves, 12 de diciembre 2019, 07:42

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La provincia de Cremona se sitúa al norte de Italia, y al sur de la famosa región de Lombardía, concretamente en la ribera del río Po. A lo largo y ancho de su territorio presenta vastas llanuras y amplios prados que se mezclan con espesos bosques creando un entorno mágico. La obra de canalización llevada a cabo por los habitantes locales a través de los siglos ha convertido el territorio en una gran campiña fértil y una tierra ideal para la agricultura.

Considerada por muchos como la capital mundial del violín, en Cremona se escucha música a través de los muros. Destaca su importante sector de fabricación artesanal de violines, con alrededor de 140 talleres dedicados a ello. Además, puede presumir de albergar entre sus fronteras diferentes joyas histórico- artísticas de un valor incalculable, obras que permiten a los amantes del arte y la cultura recorrer las etapas históricas de este enclave. Numerosos ejemplos de arquitectura medieval salpican sus campos, además de iglesias, plazas, villas y castillos.

Conociendo la provincia

Tomando la ciudad de Cremona como punto de partida merece la pena parar y recrearse en enclaves como la Plaza del Ayuntamiento, un ejemplo de enclave medieval escoltado por los principales edificios de la ciudad: el Duomo, el Baptisterio y el Palacio del Ayuntamiento. Este último con el célebre Torrazzo, emblema de la ciudad con sus 111 metros de altura y la Loggia dei Militi.

De época renacentista hacen acto de presencia el Palacio Fodri y el Palacio Raimondi, dos edificios muy a tener en cuenta. Todo ello sin olvidar las iglesias de San Segismundo, San Pedro al Po y San Agustín, ejemplos de arquitectura religiosa que demuestran la importante vinculación histórica de la ciudad con la iglesia católica. Pero, si hay algún edificio religioso a tener en cuenta ese es el del Duomo de Cremona, una catedral impactante levantada entre los siglos XII y XV. Templo de estilo románico que exhibe elementos góticos, renacentistas y barrocos.

Saliendo de la urbe más destacada de la comarca es posible toparse con Crema, un municipio a medio camino entre Cremona y Milán, donde merece la pena hacer una parada y descubrir sus plazas, las casas antiguas adosadas, los edificios aristocráticos y los característicos patios. La Plaza del Duomo es su eje neurálgico donde suceden los acontecimientos más importantes de la ciudad. La preside la Catedral, con su espectacular campanario, y la secundan hermosas fachadas de colores. Allí parece pararse el tiempo, entre bares, restaurantes y tiendecitas.

Diferentes joyas del territorio cremonés se levantan en forma de castillos, fortalezas y torres defensivas, referencias históricas de épocas pasadas donde diferentes pueblos se disputaban el dominio de la zona. Soncino, es uno de los mejores ejemplos de ciudadela fortificada, gracias, sobre todo, al imponente Castillo Sforzesco. De similares características son Pizzighettone y Pandino, dos localidades con sistemas fortificados propios de la Edad Media que tienen la suerte de conservar a la perfección.

Sabores y tradición culinaria

La cocina cremonesa toma como base los sabores de la tradición agrícola. Destacan alimentos elaborados de manera tradicional, como embutidos de la talla del famoso salchichón aromatizado al ajo, el cotechino con lentejas, el jamón de brazuelo y todo tipo de piezas procedentes del cerdo. Un producto típico a tener en cuenta, ya desde la época medieval es la conocida mostarda. Plato típico local elaborado a base de trozos de fruta confitada, con azúcar y esencia de mostaza.

Como buena región italiana, en Cremona no faltan los platos de pasta fresca. En los bares y restaurantes de sus pueblos y ciudades cuidan a la perfección este producto, sirviéndolo acompañado de exquisitas salsas a base de nata y queso. Mención especial merecen los marubini in brodo, tradicional pasta cremonesa con rellena de estofado de carne, mortadela e higadillos. 

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