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Colindres sabe a marmita
El concurso de la villa ha alcanzado este domingo su décima edición con 135 grupos participantes
En lo que se termina de guisar el estofado de bonito de su cuadrilla, Rosa Ortiz se quejaba de que «siempre ganan los mismos». El ... concurso de marmita que Colindres celebra en honor a San Ginés, patrón de los marineros de la localidad, este domingo alcanzó su décima edición y, pese a la todavía corta trayectoria de la tradición, ya hay algunos grupos que son míticos. «Justo hace dos años, cuando estaba a punto de rebelarme, resulta que ganaron mi hija y sus amigos», decía casi entrado el mediodía sin poder ocultar cierto orgullo, porque ella fue la que les preparó el fumet. Sin embargo, Rosa no ha conseguido un premio propio todavía con el grupo de primos con el que participa desde la segunda edición del certamen, y aún con esas los ánimos no decaen porque «esto al final es una excusa para reunirnos y pasar un día juntos».
Pese al comentario irónico de la cocinera, lo cierto es que en la receta de la jornada hay mucha más dosis de convivencia y diversión que de competencia. Familias enteras y grupos de amigos que por estas fechas se lían el mantel a la cabeza para cocinar en las calles aledañas al puerto de la villa marinera. En total, en esa ocasión, fueron 174 cuadrillas las que se inscribieron –de las que concursaron 135–.
Una de ellas fue la de Rosa Ortiz, que edición tras edición enciende los fogones bajo el nombre de 'Los de la Torre', en referencia al apellido común de la mayor parte de los componentes, que son primos. Entre ellos Mariví Zorrilla, que aunque tiene sus orígenes en Colindres vive en Jerez y todos los años salva las diez horas de distancia en coche para participar en la convocatoria. «No me lo puedo perder», reconoce sin tapujos. Lo reafirma mientras vigila la olla junto a Rosa y otra de las componentes, Susana Hernando, que apostilla que «nosotras somos las que nos ocupamos de cocinar y ellos se encargan de la logística».
También son ellas las que se responsabilizan del fogón en la carpa de la hija de Rosa. Se llama Marta Uribarren y no perdía ojo al guiso junto a Sheila Saiz, que es «la chef suprema» y luce con orgullo un delantal que recuerda el triunfo en 2023 de su cuadrilla, 'Peña Colín'. «Fue toda una sorpresa porque aquí siempre ganan los veteranos y nos convertimos en los más jóvenes en ganar de toda la historia del certamen», recuerdan de su hazaña los miembros, que superan los 30 años. «Nuestro secreto está en hacer bailar la cazuela en lugar de meter la cuchara para que no se deshaga la patata», confesaba Sheila mientras hacía una demostración de su buena maña meneando el recipiente.
Tradición con raices
Grupos como Colín son la demostración de que esta tradición gastronómica tiene arraigo y futuro asegurado. «Ya desde la primera edición, que se organizó en 2015, tuvimos una gran participación con 135 cuadrillas», rememora Sergio Valle, patrón de la Cofradía de Pescadores de Colindres, que organiza el concurso de marmita. «Claro, ahora ya hay cuadrillas de chavales que antes tenían 10 años y venían con sus padres y ahora tienen 20 y participan con sus amigos». No obstante, reconoce que pese a esa irrupción de nuevos nombres de grupos, hay algunos tradicionales que casi permanecen invictos y siempre están en la lista de mejores platos. Eso sí, asegura que existe un «escrupuloso» sistema que se ha ido perfeccionando edición a edición para hacerlo lo más justo posible. Ni tan siquiera se permite una hoja de laurel en la presentación que pueda servir de señal o condicione a alguno de los más de 30 miembros de cofradías gastronómicas de Cantabria y Asturias que conforman el jurado –hasta el plato debe ser el que marca la organización–.
Aún con esas siempre hay nombres que se repiten. Es el caso de 'Los Solanas', que como si se tratase de un mundial de fútbol lucían en sus uniformes oficiales dos estrellas que representan las dos victorias que acumulan en su palmarés –además han quedado entre los finalistas casi siempre–. Antes la cuchara de la cuadrilla la removía Antonio Solana, que es marino, y al pertenecer a la Cofradía hace unos años decidió hacerse a un lado y ceder el cubierto a su hija, Raquel Solana. «Es bueno además que una nueva generación se implique porque para algo hemos procurado siempre en casa que haya tradición de marmita», deja caer el padre. Mientras ella intenta esquivar la pregunta de cuál es el secreto de la receta familiar. «Eso no se puede contar, pero en la cocina las prisas nunca son buenas», concedía.
Finalmente esta vez no ganaron 'Los Solanas', aunque no dejaron de aparecer en el top cinco, empatando en el quinto y cuarto puesto con 'Peña Colín'. La segunda y tercera posición fue para 'Con los deberes hechos' y 'Siete estrellas', respectivamente. Y, finalmente, esta vez quienes saborearon la victoria con su marmita fueron los del grupo de 'Karate', conformado por padres, profesores y niños de la escuela municipal y que dieron la sorpresa al llevarse por primera vez un primer premio. Un éxito que tal y como reconocía una de las componentes, Almudena Maza, fue «muy emocionante porque llevamos participando desde la primera edición y siempre nos quedaba ese regustillo de querer ganar».
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