Carasa intenta declarar sus fiestas Bien de Interés Cultural para recuperar la suelta de la gata negra
La localidad de Voto lleva dos años sin cumplir con la tradición milenaria que tiene a un felino como protagonista por la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal
No hay tradición inquebrantable. Que se lo digan a los vecinos de Carasa, en Voto, que el pasado mes de agosto celebraron la fiesta de ... La Gata sin gata ni nada que se le parezca. «En señal de protesta», confirmaba ayer el alcalde pedáneo, Jesús San Emeterio. El presidente de la junta vecinal y los parroquianos protestaban porque es el segundo año que no pueden celebrar la tradición tal y como se ha estado haciendo en los últimos 540 años. La costumbre, medieval por cierto, era tal que así: «Se portaba una gata negra en procesión dentro de un transportín y al llegar a la plaza se la soltaba delante de los vecinos y dependiendo de la dirección que tomase el animal, se presagiaba una buena o mala cosecha».
Las claves
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Centenaria. La suelta del animal y que su dirección decida la prosperidad, o no, de la cosecha lleva vigente cinco siglos.
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Alternativa. El año pasado decidieron emplear un peluche en vez de un felino para simbolizar la costumbre.
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Declaración. Para que sea considerada BIC, habrá que cambiar algunos aspectos del rito centenario.
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Tiempo. Los trámites para obtener la declaración forman parte de un proceso largo y espinoso.
Una práctica que, más allá de si se considera reprobable o no, se ha llevado a cabo durante cinco siglos, hasta que entró en contradicción con la Ley de Bienestar Animal y los defensores de la norma alzaron la voz en contra del supuesto maltrato que se infringía al felino. La amenaza de recibir una sanción de entre 50.000 y 200.000 euros disuadió a los representantes municipales y el año pasado decidieron que la fiesta, por supuesto, se hacía, pero sin una gata como representación simbólica. En su lugar, con un poco de sorna y mano izquierda, emplearon un peluche. Una gata negra –de mentira– que, como ser inanimado, no salió corriendo en dirección alguna. Se quedó en el suelo y la cosa, claro, perdió gracia y esencia.
Así que este año, no ha habido gata de verdad ni de mentira. «No hemos hecho nada, aunque el animal ha estado en espíritu, porque se ha hablado de la costumbre». Fue un festejo contenido en este aspecto, pero aspiran a cambiarlo. Desde la Junta de Voto «estamos realizando los trámites para declarar el evento Bien de Interés Cultural (BIC). La Gata Negra –se llama así la celebración– «ya cuenta con la calificación de Interés Turístico Regional, tomando como referencia la Vijanera de Silió». En caso de que lo consigan, creen que, «introduciendo una serie de cambios en la fiesta, podremos volver a soltar a la gata». Un felino vivo y coleando que vaticine el futuro de la siembra.
«Nunca se le ha hecho daño»
Entre los aspectos que habrá que modificar, el alcalde nombra algunos: «El animal tendrá que estar acompañado por un veterinario, no se le podrá soltar desde cierta altura, sino más bien posar en el suelo, y no deberá de haber mucha gente alrededor». Aún así, insisten en que «a la gata nunca se le ha hecho daño», aunque «vamos a continuar respetando la ley». Si finalmente, «y tras toda la tramitación, que lleva meses, logramos la declaración de BIC, pasará con la gata como con los toros, que se pueden seguir utilizando en este tipo de eventos».
El trabajo previo es arduo. «Por ahora, estamos recopilando información y hemos contactado con un vicedecano de Historia perteneciente a la Universidad Autónoma de Madrid para que nos eche una mano». «No vamos a saltarnos la ley, pero hay que encontrar la manera de devolverle al pueblo una creencia que se instaló en la memoria colectiva». Según el rito, tras soltar al felino, si corría hacia la mies era presagio de productividad en las cosechas. En caso de que tomara el camino que lleva al Pico Carraso, la cosa pintaba mal. La herencia es medieval. El pueblo de Carasa vivió una fuerte sequía y el alcalde decidió soltar a una gata negra a la que se le atribuían poderes mágicos.Esa primera vez corrió hacia la mies y luego llovió mucho y el agua regó los áridos campos.
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