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Un grupo de voluntarios rastrea un tramo del río Besaya, junto a la antigua Nacional 611, a principios de diciembre. En la imagen redonda, el desaparecido Daniel Ortega. DM

La familia del joven desaparecido en Cieza tacha de «ridícula y vergonzosa» su búsqueda

En una carta pública dirigida al presidente Miguel Ángel Revilla, hacen un llamamiento «desesperado» para que el Gobierno reinicie las labores para encontrar cuerpo en el río Besaya: «Esta familia necesita enterrarlo para poder descansar»

Susana Echevarría

Santander

Martes, 28 de diciembre 2021, 07:16

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Los familiares y amigos de Daniel Noriega, el joven de 28 años desaparecido hace un mes en Cieza, no pueden más y han hecho un llamamiento desesperado (a través de una carta dirigida al presidente Miguel Ángel Revilla) para que se reinicie la búsqueda del cuerpo del chico en el río Besaya. En la misiva critican además la actuación de la Guardia Civil y del Gobierno cántabro durante las horas posteriores al descubrimiento del coche de Daniel, abandonado en un viaducto de la A-67 a la altura de Cieza. «La Guardia Civil lo buscó las 48 horas posteriores a lo ocurrido y se fueron según ellos por el mal tiempo. Después de 15 días vuelven con 48 horas mas (de búsqueda), de las cuales buscan de 11.00 de la mañana a 17.00 de la tarde. Es vergonzoso. Ridículo», critican los familiares en una carta en la que sí agradecen el trabajo de los voluntarios y amigos de Daniel, que cada día, desde el pasado 28 de noviembre, siguen reuniéndose en la taberna El Peli, en Pomaluego (Castañeda), propiedad de Emilio Noriega (padre del joven desaparecido) para coordinarse en la búsqueda del chaval.

La familia de Daniel insiste en que se vuelva a revisar el río Besaya, donde en uno de los tramos fueron encontradas algunas prendas del desaparecido. «Hablamos de unos 25 - 27 km hasta su desembocadura en Suances. Queremos que se vuelva a mirar en el río Besaya otra vez. El Gobierno de Cantabria debe actuar debe hacer algo ¡Ya!», exigen antes de explicar que la dramática situación que están viviendo todos sus seres queridos. «No se puede tener a una familia así, necesitan enterrarlo para poder descansar, están hundidos, no consiguen ver luz en este oscuro túnel. ¡Pónganse en su lugar! Es su hijo», claman.

Además los familiares se preguntan por qué los medios para buscar a Daniel no son iguales a los de las búsquedas de otros desaparecidos. «Otras personas son buscadas mas profesionalmente, sin miramientos en horas, ni dinero, ni efectivos. Y qué pasa con Daniel: ¿Qué explicaciones tenéis para no buscarlo como a los demás? ¿No hay dinero? No entendemos que no se le busque en condiciones como a cualquier otro», critican.

Para la familia de Daniel la pesadilla de la que no acaban de despertar comenzó a las cuatro de la madrugada del 28 de noviembre, cuando la Guardia Civil llamó a la madre de Daniel para comunicarle que un coche a su nombre había aparecido abandonado en el viaducto de la A-67 en Cieza. Era el vehículo que conducía su hijo. Los agentes indicaron que era un lugar «sospechoso», en el que se suele registrar suicidios.

Tal y como relataba el padre a este periódico a principios de diciembre, lo primero que hicieron fue llamarle por teléfono. «No me entraba en la cabeza que intentara quitarse la vida. Es un chico sano, deportista, que estaba terminando sus estudios de Robótica». Daniel vive en casa de su abuela, en Torrelavega, desde que se separaron sus padres. Esa noche había cenado con sus amigos en la zona de vinos de la capital del Besaya para festejar el cumpleaños de uno de ellos. Casi todos son «futboleros». Él es el segundo entrenador del Estrella Roja, equipo del barrio Nueva Ciudad. Preguntado por el posible motivo de su desaparición, Emilio Noriega apuntaba a dos cortes de voz que Daniel envió por WhatsApp desde su coche a la compañera de clase con la que salía desde hace un mes y con la que acababa de hablar en un pub. «Por lo visto, él quería una relación seria y ella sólo de amigos», apunta el padre, muy afectado por lo ocurrido.

La búsqueda de Daniel se inició ese mismo domingo en el río Cieza, que bajaba muy crecido por las fuertes lluvias. Y ese día se encontraron ya posibles restos del cuerpo de Daniel. El lunes continuaron las labores de rastreo y a partir de ese día Emilio empezó a quejarse a la Guardia Civil porque «cada vez eran menos las personas implicadas en la búsqueda». Familiares, amigos y voluntarios encontraron en esas primeras jornadas restos del pantalón de Daniel enganchados en un árbol y su cartera con su documentación y «algo de dinero».

Desde esas primeras jornadas de búsqueda Emilio, padre de Daniel, no ha dejado de hacer llamamientos para que se pongan más medios para encontrar el cuerpo de su hijo. «Sé que es muy difícil encontrarle, pero si no le buscamos no lo vamos a conseguir. Puede estar en un arenero, en un montón de troncos, en cualquier parte entre Cieza y la desembocadura del Besaya en Suances», reconocía hace días. Y aunque ha pasado ya un mes, la familia quiere que su voz se siga oyendo y que la búsqueda continúe. «Que Daniel no quede en el olvido. Necesitamos ayuda. Necesitamos que se reabra su búsqueda», finalizan.

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