La reforma del Museo Agapito Cagigas, en manos de Patrimonio

Por eso hay que ir paso a paso. ¿En qué punto se encuentra ahora mismo la iniciativa municipal? Por lo pronto la Concejalía de Cultura del Consistorio, dirigida por José Salmón (PSOE), contempla hoy por hoy una reforma que pueda mantener las líneas y formas de la edificación. Intervenir, sí, pero sin alterar de una forma muy brusca la realidad del edificio actual, cercano ya al siglo de edad y visiblemente deteriorado por el paso de los años -para hacerse una idea, una parte del tejado se encuentra ya completamente hundida-.

Para el Ayuntamiento de Camargo ya es evidente que el museo necesita un lavado de cara importante. El departamento de José Salmón confía no sólo en rehabilitará uno de los edificios emblemáticos de la pedanía y del municipio sino en sacarle el máximo partido a lo largo de los años posteriores a los trabajos, aún sin una fecha clara sobre la mesa. A partir de ahí, la idea que tiene en la cabeza la concejalía es exponer su patrimonio tanto a los visitantes como a los propios vecinos del municipio, que pueden tener una «oportunidad» de descubrirlo más a fondo tras la finalización de las labores.

¿Y en qué consistirán concretamente los trabajos de rehabilitación consensuados entre la Dirección General de Patrimonio y el Ayuntamiento de Camargo? Las tareas, aún pendientes de presupuestar, serán costeadas tanto por el Consistorio como por el Gobierno de Cantabria y consistirán en la renovación de la estructura y del tejado -hoy hundido- de uno de los edificios de este antiguo recinto escolar lleno de historia.

Este no es el único proyecto que el equipo de gobierno camargués mantiene ahora mismo con la Dirección General de Patrimonio. Al igual que la reforma de este museo, sigue en el aire y pendiente de los informes del Gobierno la renovación de los accesos a la cueva de El Pendo (Escobedo), una de las iniciativas más esperadas del Consistorio y con la que el equipo municipal espera darle un impulso importante a las visitas de esta cavidad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008.

De ahí el objetivo común que tienen ambas administraciones: tras restaurarlo y adecentarlo, lo ideal será presentar entre sus paredes los bienes históricos que se conservan de este complejo fundado en 1926 -desde pupitres, mapas hasta libros, entre otros recursos educativos-, sufragado por Agapito de la Cagiga Aparicio, natural de Revilla, y conservado hasta hoy por el personal del colegio público. «Queremos convertir ese edificio en un museo escolar», detalló ya en octubre y a preguntas de este periódico el concejal de Cultura, antes de subrayar el «gran valor» de este patrimonio local, «un material muy valioso y que desde luego es de gran interés para todos los camargueses».