Festejo de triunfo y terna a hombros en la plaza de Requejo

El festejo se encuadraba dentro de las fiestas de San Pedro de la localidad campurriana y congregó a tres cuartos de la capacidad del graderío del coso portátil instalado en la localidad, que durante toda la jornada disfrutó de un gran ambiente.

Abría el cartel de los de a pie Dani Medina, que en primer lugar se enfrentó a un novillo de Antonio Palla bien presentado y que pisó la área con ímpetu que frenó el novillero con capotazos por bajo. El puyazo ahormó la embestida del animal, que llegó a la muleta con una nobleza falta de fondo que el diestro transformó en una faena templada y con los trazos técnicos habituales en el vallisoletano. Una estocada caída dio paso a dos orejas.

El quinto demostró poco poder ya de salida y tuvo que ser Medina el que pudiera todo de su parte, especialmente en un tramo final de mayor cercanía que el de Laguna no pudo rematar con eficacia con la espada.

El madrileño Juan Herrero era el más joven de la terna y, además, se estrenaba en Cantabria. Su primer enemigo, un novillo castaño bien presentado de Antonio Palla, salió con patas para aterrizar en el último tercio con transmisión y movilidad. Jaleado por sus banderilleros desde el burladero (un detalle feo) el de Los Molinos mostró su bisoñez especialmente por el pitón izquierdo, por donde el animal era más exigente. Un apretado final ayudó a que el respetable demandará otros dos apéndices. El segundo de su lote fue otro novillo pronto y encastado, de los que exigen una muleta firme, y Herrero repitió acierto en forma de actitud y se llevó dos orejas, aunque dejó escapar un animal de triunfo al no someter por el pitón derecho una embestida larga y con transmisión.

Junto a los matadores de a pie salió a hombros Leonardo Hernández, que hizo lo mejor en su primero a lomos de Sol. El de Badajoz falló a estoques, lo que le obligó a un esfuerzo extra en el cuarto para, tras matar a la primera, acompañar el triunfo de sus compañeros.