El 'influencer' que se columpió en el cargadero de Dícido se disculpa y borra el vídeo: «No sabía que estaba protegido»
«Mi intención no era crear controversia, simplemente quería mostrar al mundo la realización de un sueño personal», ha publicado en su cuenta de Instagram
Las numerosas reacciones que se han producido a raíz de que este periódico se hiciera eco de su hazaña, han obligado al 'influencer' que saltó ... al agua desde un columpio improvisado en el cargadero de Dícido de Castro Urdiales, que se está rehabilitando, a pedir disculpas y borrar el vídeo, que superaba las 176.000 visualizaciones. «Desconocía totalmente que fuera un lugar protegido y, de haberlo sabido, no lo habría hecho bajo ningún concepto. Mi intención no era crear controversia, simplemente quería mostrar al mundo la realización de un sueño personal».
A través de su cuenta de Instagram, en la que recoge que es instructor de esquí, artista y del País Vasco, pide disculpas «de corazón» a todas las personas que puedan haberse sentido ofendidas por alguno de sus vídeos. «Soy una persona apasionada de los deportes de riesgo. Llevo prácticamente media vida practicando saltos al mar, en la nieve, en la montaña, escalada y siempre buscando nuevos retos para superarme y mejorar en mi práctica deportiva», apunta.
Según comenta, la idea que aparece en el polémico vídeo, hacer un trapecio para saltar al mar, «me rondaba en la cabeza desde hace muchos años. La había intentado poner en práctica en diferentes lugares, como acantilados o montañas, creando mis propios rápeles, pero nunca había encontrado un sitio que considerara perfecto para ello».
Cuando descubrió un lugar que reunía las condiciones ideales y «tras mucho tiempo visualizando la idea y viéndola solo como un proyecto personal, un día se dieron las circunstancias para llevarla a cabo y me lancé en el trapecio que siempre había soñado». El 'influencer' pensó que «si algo salía mal, el riesgo seria para mí».
Por eso no entiende las críticas que se han vertido contra él en redes sociales. «En un mundo donde ocurren desgracias y hechos ilegales con consecuencias realmente graves para las personas y el medio, me resulta difícil comprender que se ponga tanto foco y se genere tanto odio por una acción que no ha provocado daño alguno ni se ha hecho con maldad. Esta fue una iniciativa nacida desde la inocencia y la ilusión, no desde la intención de transgredir o perjudicar».
Aunque entiende que lo que he hecho pueda considerarse «una locura», considera que realizar acciones extremas «es siempre una decisión personal y consciente». «El hecho de que yo lo lleve a cabo no significa que de repente todo el mundo vaya a imitarlo: como en cualquier disciplina de riesgo, cada persona es responsable de evaluar sus capacidades y asumir sus propias decisiones».
Esta experiencia, según dice, le ha dejado una lección muy clara: «antes de llevar a cabo cualquier acción en un lugar, por más inofensiva que pueda parecer, debo informarme bien sobre donde estoy y qué normativas lo protegen. Conocer el contexto no solo evita malentendidos y problemas legales, sino que también asegura que mis retos y aventuras se desarrollen siempre con respeto hacia el entorno y el patrimonio».
Investigación policial
Tanto la Policía Local como la Guardia Civil de Castro siguen practicando pesquisas para identificar al 'influencer' y proceder a la posterior denuncia de sanción. Según explicó el jefe accidental de la Policía Local, Mario Ruiz, hay varias razones por las que se puede sancionar esta temeraria acción. «Por un lado está el hecho de hacer uso del bien interés cultural, cuya competencia es del Gobierno de Cantabria. Luego está el hecho de escalar a una instalación público, que se recoge dentro de la ley de seguridad ciudadana y que es competencia de la Guardia Civil. Y, finalmente, está el haberse saltado una señal de prohibido el paso, en la que la competencia sería nuestra».
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