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Despliegue de efectivos en la zona donde ha sido encontrado el cadáver. DM
Aparece el cadáver de un joven en los acantilados de Saltacaballo

Aparece el cadáver de un joven en los acantilados de Saltacaballo

La Guardia Civil afirma que la víctima no muestra signos de violencia y que no estaba pescando. Aún no está identificado, pero sus rasgos apuntan que podría ser extranjero

s. hIDALGO | D. MARTÍNEZ

Saltacaballo

Lunes, 15 de octubre 2018, 13:49

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Que es hombre, que es joven y que por sus rasgos físicos podría ser de nacionalidad extranjera. Poco más se sabe de la identidad de la persona cuyo cuerpo ha aparecido este lunes en la costa de Ontón (Castro Urdiales), a la altura de la punta de Saltacaballo. Allí ha sido localizado por una persona que se encontraba pescando en la zona y que ha avisado a los servicios de emergencia para su rescate. Por el momento, se desconocen las causas que han provocado la caída al mar de este individuo, que al ser recuperado no tenía en su poder ningún documento personal que pueda facilitar su identificación.

La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación, aunque los agentes avanzan que, a tenor de una primera inspección visual, la víctima no presenta signos de violencia. «No se observa nada delictivo», afirman los portavoces del cuerpo. En cualquier caso, precisan que está previsto que durante la mañana de este martes los forenses del Instituto de Medicina Legal de Cantabria realicen una autopsia que pueda arrojar más datos y confirmar este extremo. Por otro lado, tampoco se han recibido en los últimos días avisos de personas desaparecidas en la zona oriental de la comunidad autónoma. El siguiente paso será ampliar el radio para comprobar si alguien le ha echado en falta y se ha formulado alguna denuncia de este tipo en Vizcaya, dado que el punto donde apareció el cadáver está a escasos kilómetros del límite con el País Vasco.

El cuerpo ha sido localizado en una zona de acantilado, muy cerca del antiguo cargadero minero. Se trata de un lugar muy frecuentado por pescadores. Por eso, en un primer momento, los vecinos de Saltacaballo han pensado que la víctima podría ser una persona que hubiera bajado por un camino situado entre una famosa discoteca –está justo enfrente al lugar donde fue rescatado el joven– y un restaurante para pescar. Pero no. La Guardia Civil lo considera muy poco probable ya que ni vestía ropa adecuada para ello ni se ha encontrado ningún material propio de esta actividad. El resto de hipótesis no se descartan. Además, añaden que tiene rasgos que se identifican con los de una persona extranjera, «aunque eso no quiere decir que no tenga nacionalidad española».

Lo que no ha confirmado la Benemérita es la versión de varios testigos que siguieron de cerca las labores de recuperación del cadáver. Según explicaron a este periódico, los agentes encontraron la chaqueta de la víctima no en el agua, sino en la bajada del acantilado. Es decir, que no llegó arrastrado por la corriente, sino que se cayó desde algún punto cercano al de su localización.

El rescate

El equipo del helicóptero medicalizado del Gobierno de Cantabria ha sido el encargado de sacar el cuerpo del mar tras recibir el aviso pasadas las 12.00 horas. Un pescador que se encontraba en la zona se lo comunicó a otra persona, que llamó al Centro de Coordinación de Emergencias 112.

Para atender la incidencia, el 112 movilizó a bomberos de Castro Urdiales, Policía Local, Guardia Civil, 061, Salvamento Marítimo y al equipo de rescate helitransportado del Ejecutivo. Hasta el lugar acudió también personal de la DYA. Allí, el personal del helicóptero descendió hasta el lugar junto a agentes de la Policía Judicial, que autorizaron a la aeronave a rescatar el cuerpo. Este fue transportado hasta el aparcamiento de la discoteca de Saltacaballo, donde quedó bajo custodia policial. Un juzgado de Castro Urdiales se ha hecho cargo del caso.

El 27 de septiembre, también en Saltacaballo, las aguas de la costa de Castro Urdiales se cobraron la tercera vida de un pescador en apenas cinco meses. El golpe de una ola provocó que Rafael Fernández García –un vecino de Bilbao, de 59 años– cayera al mar, donde murió ahogado.

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