La muerte del menor en Castro abre el debate de la seguridad en Cotolino
Algunos vecinos defienden la necesidad de instalar medidas de protección en la zona de los acantilados, mientras que otros, incluida la alcaldesa, aseguran que es inviable «porque tendríamos que vallar toda la costa Cantábrica»
Es una mañana de playa en Castro Urdiales. Los minutos en el parque de Cotolino transcurren bajo un sol radiante, pero las escenas habituales de ... lectura, paseos con mascotas, ejercicio y momentos de descanso se mezclan con un ambiente de reflexión. Apenas han pasado 48 horas desde la muerte del menor de 12 años que se precipitó desde una zona acantilada del parque mientras jugaba al escondite con un amigo. El accidente, ocurrido el martes por la noche, ha sacudido a vecinos y visitantes, que ahora debaten sobre si deberían instalarse medidas de seguridad como señalización o vallas. Hay diversidad de opiniones.
Muchos no se atreven a pronunciarse con firmeza sobre la necesidad de colocar algún tipo de protección. Reconocen, eso sí, que existen zonas acantiladas que podrían representar un riesgo. Aun así, la opinión de algunos es clara: «No se puede poner puertas al campo», sentencia un hombre mientras se ejercita en una máquina de calistenia.
Para Fernando, un hombre que acostumbra a leer en uno de los bancos del parque, instalar vallas tampoco es la solución: «No hay que poner nada. Es como el que sabe que hay que conducir a 120 y va a 200. No se puede evitar que haya una persona que cometa una imprudencia. Si lo vallas, el parque pierde el encanto. Vengo a leerme un libro y a ver el paisaje, si me pones una valla, me fastidias», comenta y defiende que se trata de «una imprudencia de un niño que no se podía evitar. Estadísticamente, donde hay 50 niños, uno hace un disparate. Es un accidente. Si empezamos vallando todo, acabamos encerrados».
Ainhoa, que pasea por Cotolino este jueves por la mañana, conoce bien la zona y comparte su desconcierto: «Jamás se me hubiera ocurrido que alguien se subiera al peñón de donde ha caído el niño, pero todos hemos sido niños de 12 años en un pueblo y sabemos lo que es jugar entrando en sitios que no deberíamos».
En su opinión, el accidente fue inevitable, aunque admite que hay zonas donde sí sería conveniente reforzar la seguridad: «Una valla de madera tampoco va a parar a un niño. Era inevitable, aunque sí hay algunos lugares de Cotolino en los que no vendrían mal porque das un traspiés y te vas de cabeza. Me da mucha pena lo que ha pasado. Es la falta de conciencia de un niño, su inocencia ha acabado en desgracia. Es una lástima».
Turistas cautelosos
Entre quienes visitan la zona por primera vez, la impresión también genera inquietud. Ana, una turista valenciana, confiesa que el entorno natural del parque le parece hermoso, pero también potencialmente peligroso: «Pasear con niños puede ser peligroso aquí. Las personas mayores somos más razonables, pero ellos no son conscientes».
Ella y sus acompañantes coinciden en que el paisaje puede inducir a la imprudencia, incluso entre adultos: «Lo vemos tan bonito que te asomas y te confías para sacar una foto para Instagram. Quizás sería necesario al menos avisar con carteles o colocar algunas vallas».
Desde el chiringuito cercano, donde se preparan para otro día de verano, Óscar, uno de los trabajadores, tiene una opinión clara y contundente: «Obviamente hacen falta barreras. Los niños juegan mucho por aquí; hay buenas vistas y una especie de trinchera que es guay para jugar. Hay peligro», zanja el joven.
La alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, ha ofrecido palabras de apoyo a la familia del menor fallecido y ha opinado en declaraciones a El Diario Montañés que «no cabe ningún tipo de debate. De poner vallas, tendríamos que vallar toda la costa cantábrica y no es posible».
Además, Herrán ha señalado que la competencia sobre este tipo de instalaciones no recae en el Ayuntamiento, sino en Demarcación de Costas y que sí hay algunas zonas con señalización. «Ha sido un desafortunado accidente, pero no cerramos todas las piscinas o las playas cuando hay un accidente o ahogamiento».
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