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Imagen del acantilado en el que se encontraba el menor de 12 años. EFE

Conmoción en Castro por la muerte de un niño de 12 años que cayó por un acantilado

El menor, natural de Vizcaya, se precipitó en una zona de difícil acceso en Cotolino cuando jugaba con un amigo al escondite | La víctima sufrió un fuerte golpe en el pecho y falleció en el traslado a Valdecilla

Jueves, 7 de agosto 2025, 07:15

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Los vecinos de Castro Urdiales amanecieron ayer con la trágica muerte de un menor de 12 años y vecino del País Vasco que cayó la noche del martes por un acantilado de la zona de Cotolino y falleció como consecuencia de una parada cardiorrespiratoria provocada por el fuerte golpe que sufrió en el pecho.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 21.30 horas. La noche estaba desapacible por la lluvia que estaba cayendo en ese momento. Según señalan testigos presenciales, el menor se encontraba jugando con otro amigo al escondite por una especie de sendero –utilizado habitualmente por los pescadores– y donde se encuentra un búnker, cuando se precipitó por la pared rocosa a unos veinte metros de altura y cayó al agua.

El otro chico que le acompañaba se percató del accidente y le sacó hasta la orilla. Después, fue a pedir ayuda a unos jóvenes que se encontraban en la zona, que avisaron al 112 y que bajaron –con mucha dificultad– hacia donde estaba el pequeño accidentado, quedándose con él hasta la llegada de los primeros efectivos del parque de bomberos de Castro Urdiales.

«Se llevó un golpe muy fuerte y estaba dolorido y muy asustado», cuenta otro testigo que presenció la llegada de un amplio dispositivo, coordinado por el Centro de Emergencias 112 de Cantabria, que movilizó hasta el lugar, además de a los bomberos castreños y de Laredo, a Policía Local, Guardia Civil, sanitarios del Servicio Cántabro de Salud (SCS), así como personal de Cruz Roja. También estuvieron presentes, por mar y tierra efectivos de DYA Cantabria, que acudieron por su cuenta. El 112 recibió el aviso del accidente a las 21.45 horas.

Los primeros en llegar al herido fueron los cuatro bomberos de guardia del parque castreño, que al ver que la marea subía decidieron trasladar al herido a una zona más alta del acantilado para resguardarlo del fuerte oleaje que había en ese momento.

Ante la dificultad de poder evacuarlo en camilla tanto por tierra como por mar, los bomberos requirieron al 112 la presencia del helicóptero medicalizado.

Antes de ese momento, según detalló ayer a este periódico el coordinador de Emergencias del 112 Cantabria, Javier Allende, el Ejecutivo regional ya lo había movilizado teniendo en cuenta la orografía de la zona. El problema surgió cuando esta dotación tuvo que darse la vuelta, «a medio camino», por las inclemencias meteorológicas. Tras otro intento decidieron volver a tierra y trasladarse hasta Castro Urdiales en coche. Un viaje que se prolongó por espacio de «media hora larga» (en el helicóptero se tarda en llegar entre 20 o 25 minutos).

Ante este percance y la necesidad de actuar por el aire, el 112 movilizó el helicóptero de Salvamento Marítimo (Helimer), también con base en Santander, «mejor equipado técnicamente, pero que no está medicalizado», según explicó Allende, que también se trasladó hasta el lugar de los hechos.

No fue hasta las 23.20 horas, cuando llegaron a Cotolino el rescatador y el médico del 112 (que vestía un neopreno). Allí se encontraban otros sanitarios, «pero sin preparación para poder acceder hasta el menor».

Entonces, el médico y el rescatador bajaron por el acantilado y observaron que el niño sufría un fuerte traumatismo en el pecho y se encontraba en parada cardiorrespiratoria. «En ese momento estaba consciente y se quejaba de dolores. El médico pidió un monitor y le ofrecieron dos desfibriladores que no te aportan tanta información sobre el estado del corazón del herido», según explicó el coordinador de Emergencias 112.

Primera intervención

Los bomberos de Castro fueron los primeros en asistir al niño, que tenía un fuerte golpe en el pecho

Asistencia sanitaria

El menor entró en parada cardiorrespiratoria y el médico del 112 logró inicialmente estabilizarlo

Largo operativo

Desde el aviso hasta que el helicóptero llegó a Santander con el herido pasaron casi tres horas

Sobre las 23.40 horas, es decir, unos veinte minutos más tarde, llegó al lugar el helicóptero de Salvamento Marítimo, «pero tuvo que esperar una media hora hasta que el médico estabilizó al menor». Una vez que lo consiguió, fue izado en camilla con un cable hasta el Helimer junto a un rescatador, «que fue el encargado de atenderlo y continuar con la respiración cardiopulmonar durante el trayecto».

Pasadas las 00.05 horas, el Helimer partió desde Castro Urdiales rumbo al aeropuerto Seve Ballesteros, donde llegó al filo de las 00.30 horas y una ambulancia de Soporte Vital Avanzado trasladó al menor hasta el Hospital Marqués de Valdecilla. «El chaval estaba muy grave cuando salió desde Castro y falleció de camino por una parada cardiorrespiratoria», según precisó Allende.

La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las causas del trágico accidente.

Polémica

El dispositivo de emergencias empleado para actuar en este suceso desató ayer una polémica, no solo porque la intervención se prolongará por espacio de tres horas, sino por la forma en la que se desarrolló. En declaraciones a este periódico, el jefe del Parque de Bomberos de Castro Urdiales, Fernando Muro, cuestionó que desde el 112 no le avisaran tanto a él como la jefa de Emergencias en Castro, la alcaldesa Susana Herrán, para haber coordinado el dispositivo. Y todo ello, a pesar de que «se activó el nivel 2 de emergencias para movilizar recursos autonómicos». Extremo este último que desmiente el coordinador de Emergencias del 112.

El jefe del parque castreño relató como el cabo que estaba de guardia y acudió al aviso se vio sobrepasado por la situación «ya que tenía a los amigos del herido en la zona del rompiente del acantilado, a tres bomberos que estaban en una situación comprometida y era el encargado de coordinarse con la sala del 112». «Además, no se habilitó el puesto de mando avanzado».

Ante esta queja, que se abordará en una próxima reunión, Allende respondió que las competencias en materia de Protección Civil las tiene el Ayuntamiento (por contar con más de 25.000 habitantes) y «si quiere que las asumamos nosotros o que pongamos los medios, nos lo tienen que pedir».

El helicóptero de Salvamento Marítimo, durante el rescate . 112

Cotolino, una zona concurrida con acantilados de fácil acceso

El parque de Cotolino es una de las zonas de Castro más frecuentadas por muchos vecinos que, a diario, deciden dar un paseo, hacer ejercicio o sentarse para disfrutar de un libro o las espectaculares vistas de la bahía.

Ese habitual trasiego de vecinos y visitantes no se interrumpió ayer, a pesar del trágico suceso que aconteció la noche anterior. A media mañana, algunos medios de comunicación se encontraban en la zona para tomar imágenes del lugar e intentar obtener información sobre las causas de un accidente.

Mientras algunos vecinos lamentaban lo sucedido, otros se enteraban por los periodistas de lo ocurrido. Es el caso de Salvador Santiago, un vecino de Castro que se encontraba haciendo ejercicio en una de las máquinas de gimnasio instaladas en el entorno. «No sabía nada. Es una lástima. La verdad es que la zona de los acantilados no es un sitio para que los niños jueguen y menos de noche y lloviendo. Probablemente resbaló y por eso se precipitó al vacío», lamentaba este vecino.

Según comentaba Salvador, este parque es un lugar de encuentro de «gente que viene a pasear, de niños y monitores de campamentos de verano que realizan juegos y de gentes que simplemente pasea, hace ejercicio o quiere relajarse».

Sin embargo, este parque está bordeado por unos acantilados que cuentan con un sendero y un búnker al que acceden a diario algunos jóvenes, que «como todos no ven el peligro». Precisamente, en ese búnker fue donde encontró la Guardia Civil el año pasado a los niños que mataron a su madre en Castro, después de intentar huir sin éxito en coche.

«Tenían que poner un cartel de prohibido el paso por la cantidad de gente que sube a esa zona», reclamaba un hostelero de la zona. «¿Qué hacían esos dos chavales a esas horas, anocheciendo, lloviendo, y cuando no había nadie en el parque?».

La alcaldesa aseguró que esa zona es de Costas y «nosotros llegamos hasta donde llegamos». «Ha sido un lamentable accidente», apostilló.

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