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33 cabras y un mastín muertos. Ese fue el macabro panorama que Máximo Sánchez, ganadero de la localidad de Pido, en la zona alta ... del municipio lebaniego de Camaleño, se encontró cuando subió al monte a ver qué había pasado con parte de su rebaño, que no había regresado como de costumbre a su estabulación.
Sánchez, que tiene la nave de su explotación ganadera entre Pido y Fuente Dé, no podía salir de su asombro. A lo largo de un tramo de un kilómetro de longitud de pista y monte, los restos de las 33 cabras atacadas por los lobos iban apareciendo desperdigados. Aunque la situación no le ha cogido por sorpresa, ya que no es la primera vez que el ganadero sufre este tipo de ataques en su cabaña, en esta ocasión «ha sido brutal» el desenlace final.
«Tengo una explotación con 300 cabras que cuando salen al monte están protegidas por 18 perros mastines. De todo el rebaño no llegaron a la nave 80 cabras y dos perros mastines y enseguida me di cuenta de que algo grave había tenido que suceder y que, probablemente, se trataba de un ataque de lobos» recuerda este ganadero lebaniego.
Máximo fue de madrugada a la zona donde habitualmente están las cabras y el panorama que se encontró era «desolador». En un tramo de un kilómetro iban apareciendo las cabras muertas, hasta un total de 33. Además, otras siete se encontraban con importantes mordeduras. Por si fuera poco, relata el propietario de los animales, «encontré a uno de los perros mastines que tenía mordeduras en una pata, por lo que cojeaba seriamente, pero quedé impresionado al ver al otro perro mastín en el hayedo, que había muerto defendiendo a las cabras en un ataque brutal, ya que le habían arrancado las dos orejas y prácticamente la cabeza. La imagen era aterradora».
«No tengo palabras para describir lo que en esos momentos sentí. Llevo varios días que aún no me he repuesto de lo que he visto. Estoy curando en la nave a las siete cabras heridas y una de ella no se cómo puede sobrevivir porque la arrancaron una de las patas. El perro mastín aún no puede posar la pata», relata.
Sánchez, que conoce perfectamente la zona donde pastan a diario sus cabras, está convencido de que «este ataque tan enorme ha sido causado por toda una manada de lobos, porque es imposible que uno o dos lobos se puedan enfrentar a los mastines como lo hicieron, matando a uno de ellos de esa forma tan dura, y haber dejado 33 cabras muertas en un radio tan grande de terreno. Probablemente si no hubiese sido por la valentía de los dos perros, que ya la habían demostrado en anteriores ocasiones, el daño hubiese sido mucho mayor».
Las pérdidas para este ganadero tras el ataque «son importantes», ya que como dice «las cabras muertas estaban paridas y he perdido el trabajo de un año. Además, actualmente cada animal muerto se paga por parte de la Consejería a 70 euros. Sin duda no compensan las pérdidas económicas que tenemos por estos ataques». «En este municipio ya hay varios jóvenes que dejan definitivamente la explotación ganadera que iniciaron con ilusión. O se toman medidas serias o este problema de los lobos acaba con todos los ganaderos de la comarca», recalca Máximo.
La presencia continua de lobos en los diferentes municipios de la comarca lebaniega, está causando un gran pesimismo entre los ganaderos, sobre todo de aquellos que siendo jóvenes han querido un continuar con la profesión de sus padres y abuelos. Las bajas causadas son cada vez mayores y todos coinciden que de seguir así el futuro del sector está en peligro.
José Elías Señas es un joven ganadero de la localidad de Cosgaya (Camaleño) que tenía un rebaño de 150 cabras y que ha visto como los continuos ataques del lobo están mermando de forma considerable. «Desde la pasada primavera hasta la fecha he perdido alrededor de 50 ejemplares. Las últimas me las han matado a finales de septiembre y principios de octubre. Esto ya no hay quien lo pare. No existe solución. No te escucha nadie ni se nos hace caso». El ganadero dice que «este pasado verano ha habido cinco lobos actuando en la zona de Llesba, matando ejemplares y haciendo que muchas cabras aborten. También hemos perdido a dos mastines ya que se enfrentan a ellos y si son muchos...».
Otro joven ganadero es Diego Besoy, de Tanarrio (Camaleño), cree que «cada vez hay más lobos, tanto en el puerto como cerca de nuestras casas. Estoy desilusionado pero no queda más remedio que continuar, porque es el medio que he elegido para vivir, pero creo que debemos de tener mucho más apoyo por parte de la Administración. Debe de haber mayor control de esta especie».
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