Ribagorda ya es Orujero Mayor en Potes
El periodista ha encendido la alquitara entre los aplausos del público y las autoridades, y ha reconocido que «siempre recordará esta tierra por el cariño que me habéis dado hoy»
La Fiesta del Orujo 2025 ha arrancado este sábado en Potes con un comienzo de esos que dejan buen sabor desde primera hora. El periodista ... José Ribagorda, elegido este año como Orujero Mayor, ha sorprendido a muchos nada más tomar la palabra: además de ser amante del orujo, lo elabora él mismo en casa. «Soy orujero desde hace años, porque hago orujo en casa. No os lo podéis creer, pero lo hago yo, y nunca falta en nuestras sobremesas, que se hacen eternas con los amigos y en las que sale lo mejor de las personas», ha contado entre sonrisas tras recibir la capa, la medalla y la boina que lo distinguen.
A primera hora de la tarde, Potes ya estaba a rebosar. Las calles se han llenado de grupos de amigos, familias y visitantes con ganas de fiesta. Sonaban panderetas y gaitas aquí y allá, y no han faltado los cánticos improvisados, los bailes en plena calle y las charlas animadas en cada esquina. «Da gusto ver el ambiente que hay este año. Está todo el mundo contento, con ganas de pasarlo bien», comentaba Ana Fernández, vecina de Cabezón, mientras esperaba con un grupo de amigas el inicio del desfile.
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A las seis en punto, el desfile ha echado a andar y el ambiente se ha venido arriba. Los grupos folclóricos, los trajes regionales y las distintas cofradías gastronómicas han recorrido el centro de Potes entre aplausos, vítores y móviles en alto. Ha sido un desfile vistoso, colorido y muy celebrado por el público, que ha llenado las aceras de principio a fin. Al cierre de la comitiva han desfilado las autoridades, con el consejero de Turismo, el consejero de Fomento y Ribagorda al frente. Tras ellos, una auténtica marea de gente ha acompañado el recorrido hasta la Plaza de la Serna, donde están instaladas las casetas bajo una gran carpa.
Allí, ante cientos de personas, ha tenido lugar el acto de proclamación oficial del Orujero Mayor 2025. El alcalde de Potes y el consejero han vuelto a tomar la palabra antes de que Ribagorda se dirigiera de nuevo al público. «Me estoy recuperando todavía del cocido que he tomado —vaya cocido que tenéis en esta comarca— y de todo el afecto y el cariño que me estáis trasladando», ha comenzado, provocando risas y aplausos. Visiblemente emocionado, ha reconocido: «En pocos lugares me he sentido tan bien acogido y he encontrado gente con tanta hospitalidad y generosidad como aquí en Potes y en esta maravillosa comarca».
Tras los discursos, el histórico Mariano Linares -también Orujero Mayor- le ha entregado la distinción que acredita a Ribagorda como Orujero Mayor 2025. Acto seguido, Ribagorda ha encendido la alquitara entre los aplausos del público y, acompañado de las autoridades, ha recorrido las casetas de orujo -este año son cinco- donde, por supuesto, ha probado cada uno de los aguardientes. «Es mejor que el que yo hago en casa, faltaría más», ha dicho después, ya entre bromas con los productores: «He conocido a maestros artesanos con muchos años de oficio. Es admirable la labor que han mantenido viva todo este tiempo». Y ha confesado que se llevará alguna botella: «Siempre me recordará a esta tierra y al cariño que me habéis dado hoy».
Mientras las autoridades visitaban los puestos, cientos de personas esperaban con hueveras en la mano listas para llenarlas con los vasos de orujo. En cuanto se han abierto las casetas, el público ha corrido hacia ellas entre risas y empujones amistosos. «Si no traes huevera, no eres de aquí», bromeaba Sara Reigadas, una joven de Santander que acudió con su cuadrilla. «Este año el blanco está espectacular», aseguraba María Sánchez, de Potes, con dos hueveras ya medio llenas. Un matrimonio madrileño, Javi y Sonia, que venía por primera vez, lo resumía así: «Esto hay que vivirlo. No lo imaginábamos tan auténtico. La gente es encantadora».
El presidente de la Cofradía del Aguardiente de Orujo y del Vino de Liébana, Juan Carlos García, ha valorado la jornada como muy animada y con mucha participación. «Hay mucha gente y eso es lo que queríamos: que haya ambiente y que la juventud disfrute, y que a la vez reconozca los orujos y los vinos de Liébana. El secreto es hacerlo con mimo, con paciencia. Una alquitara puede tardar veinte horas en destilar. Ese es el éxito», ha explicado.
La fiesta sigue viva esta noche en Potes, con música, folclore y cientos de personas disfrutando de la tradición entre brindis, fotos y mucho buen humor.
Por la mañana en el Centro de Estudios Lebaniegos
El acto de recepción ha tenido lugar en el Centro de Estudios Lebaniegos, donde Ribagorda ha sido recibido con aplausos y los cánticos del Coro Ronda Salines de Cabezón de la Sal, que han amenizado ese ambiente tan propio de la fiesta. Le han acompañado su mujer, Loles, y su hija, Alexia, y también han estado presentes el consejero de Turismo, Luis Martínez Abad; el consejero de Fomento, Roberto Media; la directora de la Fundación Camino Lebaniego, Pilar Gómez Bahamonde; y el alcalde de Potes, Javier Gómez. También han asistido varias cofradías gastronómicas de Cantabria, Asturias y otras regiones que han puesto el toque de color y solemnidad a la mañana.
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El alcalde ha recordado que esta celebración se construye desde la cercanía: «Somos la pequeña familia de la Fiesta del Orujo, pero con un corazón enorme, y queremos que José y su familia se sientan lebaniegos desde hoy». El consejero de Turismo también ha querido dejar claro el peso del nombramiento. Ha hablado de tradición, de raíces y de lo que significa este producto para la comarca: «El Orujo de Liébana es más que un aguardiente: es historia, cultura, tradición y encuentro con amigos y familia», ha señalado, reconociendo la labor de la Cofradía en mantener vivo ese espíritu.
Emocionado por la «cálida» acogida
Ribagorda, que se ha mostrado emocionado por la acogida «tan cálida», ha reconocido que este gesto le toca de forma especial. Ha recordado que su compañero Carlos Herrera, también Orujero Mayor en su día, le confesó que era «el mayor honor» que había recibido nunca. «Hoy entiendo perfectamente lo que quiso decirme», ha admitido. En su intervención, ha querido destacar dos ideas que cree que sostienen esta fiesta: la memoria y el territorio. «Para mí, el orujo no es solo un licor: es memoria, territorio y una forma de socializar. La autenticidad es el camino hacia la excelencia, y aquí veo mucha autenticidad y muchísima excelencia humana y profesional», ha expresado. También ha defendido la importancia de mantener la elaboración artesana y el arraigo al lugar: «Este producto tan singular os dota de identidad, os distingue y es un motor para la hostelería y para el sector primario de Liébana».
Tras la recepción, autoridades, cofradías y el Orujero Mayor han salido en un pequeño desfile rumbo a la Torre del Infantado, donde la Peña de la Fiesta del Orujo le ha entregado a Ribagorda una camiseta como recuerdo de esta jornada. Ya dentro, la directora de la Fundación Camino Lebaniego le ha explicado la interpretación del paisaje desde lo alto de la torre, una imagen que completa el sentido del territorio del que acababa de hablar.
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