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Javier Rosendo
El acceso principal al valle de Cabuérniga no se abrirá hasta dentro de tres semanas

El acceso principal al valle de Cabuérniga no se abrirá hasta dentro de tres semanas

El Gobierno hará un paso provisional sobre la carretera y descarta la opción de los dos puentes para salvar el argayo que cayó sobre la CA-180 en Ruente, que sigue moviéndose

Pilar Chato

Santander

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Martes, 29 de enero 2019, 17:46

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El acceso principal al valle de Cabuérniga no estará abierto antes de tres semanas, y eso si las condiciones meteorológicas no añaden nuevos escollos. Son las estimaciones que maneja el Gobierno de Cantabria, que ha descartado la opción de hacer dos puentes provisionales para desviar el tráfico por el otro margen del río, paralelo a la CA-180, y evitar así el argayo que bloquea la carretera desde el jueves pasado. La Consejería de Obras Públicas, tras comprobar cómo evoluciona el corrimiento de tierra, ha decidido optar por habilitar un paso provisional despejando las 80.000 toneladas de tierra caídas y asegurando la calzada y la laderas con un muro nuevo.

En una nota de prensa, el Gobierno explica que los trabajos para retirar la tierra y construir el muro de refuerzo han comenzado este martes y resultan imprescindibles para permitir el paso de vehículos en condiciones adecuadas de seguridad. Y es que los sondeos y el estudio geotécnico de la zona efectuados por el Ejecutivo revelan que el argayo continúa deslizándose sobre la roca que lo soporta y empujando hacia el río la carretera, que actúa como contrafuerte al corrimiento de la tierra.

El argayo del pasado jueves ocasionó importantes destrozos, cortó la carretera y dañó también el puente sobre el río Saja, situado a la misma altura del corrimiento, lo que ha interrumpido el acceso al Valle de Cabuérniga desde Cabezón de la Sal.

El consejero de Obras Públicas, José María Mazón, junto al director general, José Luis Gochicoa, ha visitado a última hora de la mañana las actuaciones en la zona y ha expuesto a los alcaldes de Cabuérniga, Los Tojos y Ruente la solución adoptada para habilitar cuanto antes una vía de paso para los vecinos.

Para habilitar el paso provisional, el Ejecutivo rellenará primero el muro de sujeción de la carretera derruido por el desbordamiento del río para posteriormente reforzarlo con un nuevo muro de hormigón. Al mismo tiempo, se retirará toda la tierra caída para evitar nuevos desprendimientos y el desplazamiento que su peso provoca sobre la calzada. En Cabuérniga viven algo más de un millar de vecinos que pueden salir del valle por Puentenansa, pero supone un recorrido mucho más largo y dificil en invierno. Para paliar las consecuencias de este semiaislamiento, el Servicio Cántabro de Salud ha destinado a la zona una ambulancia de soporte vital avanzado que tendrá su base permanente en el lugar hasta que se reabra la carretera.

La apertura total de la carretera se demorará unos tres meses, en función de la climatología, y pasa por la retirada de las cerca de 80.000 toneladas de tierra desprendidas. Para ello, se contratará a una empresa especializada para que realice los trabajos desde dos puntos de forma simultánea, con el fin de acelerar al máximo los mismos.

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