La Guardia Civil ya tiene localizados a los organizadores de la 'rave' celebrada en Roiz

Los asistentes continuaron saliendo de allí, pero con cuentagotas. La convocatoria ha ido perdiendo fuelle poco a poco y por la noche del lunes, las barras de bar y el escenario ya se habían desmontado. Según ha notificado la Delegación del Gobierno, esta tarde, un total de 266 personas habían abandonado el recinto. Tanto a pie, como en vehículo (86 vehículos). Pero aún quedan personas dentro. En total, desde el inicio del evento, hace cinco días, se han impuesto 27 multas a los conductores por consumo de drogas.

Casares también se mostró orgulloso por lo «rápidamente que actuamos en Cantabria», algo que impidió que la concentración pasara a mayores «como hemos visto en otros lugares de España, donde se llegaron a reunir 5.000, 6.000 y hasta 8.000 personas» en otras citas similares. También se mostraba optimista con que a lo largo del día del martes se pudiera «dar por finalizado este episodio», aunque esto no ha podido ser posible.

El delegado del Gobierno ha indicado que quedaban unos cuantos vehículos en el interior y recordó que la actuación de la Guardia Civil se ha centrado todos estos días «en garantizar la seguridad ciudadana y también la seguridad vial, por el consumo de alcohol y otras sustancias» que presumiblemente se hayan producido en el momento en que han ido saliendo de la cantera. Para ello, cabe recordar que el dispositivo de la Guardia Civil está compuesto por unos 40 agentes, algunos procedentes del País Vasco y que también hay movilizado un grupo de antidisturbios. Los cinco accesos al punto donde se celebró han estado controlados y según apuntó Casares este dispositivo se mantendrá hasta el desalojo total de los asistentes.

Al tiempo, agradeció su colaboración al alcalde de Valdáliga, Lorenzo González. El regidor, que continúa «tan enfadado como el primer día», aseguró estos días atrás que la música con la que se ha amenizado la 'rave' se podía oír, sobre todo por las noches, desde varios pueblos de alrededor. «El ruido es espantoso y aterrador y la música alcanzaba Comillas», a unos 20 kilómetros, según contó.

Es la primera vez que se celebra una concentración de este estilo en Cantabria y González ha mostrado su preocupación porque la 'rave' «se convierta en un foco» y en el futuro se repitan allí este tipo de fiestas al ser una «buena ubicación». Además, aunque agradece que el «gran dispositivo» de la Guardia Civil haya logrado frenar el evento antes de que alcanzase su máxima afluencia, destaca «el coste que supone para las arcas del Estado tener ahí a tanta gente custodiando toda esta situación».