Comienzan las obras del albergue de SanVicente de la Barquera un año después de lo previsto
Los trabajos cuentan con una inversión cercana a los 410.000 euros y un plazo de ejecución de diez meses y supondrán un lavado de cara de la histórica edificación
EEn la primavera de 2026 San Vicente de la Barquera contará ya con un nuevo albergue de peregrinos. Una infraestructura que se sumará a la ... cada vez mejor dotada red de instalaciones de Cantabria para dar servicio al constante incremento de personas que realizan el Camino de Santiago o el Lebaniego. El nuevo equipamiento pasará a formar parte del completo inventario con el que ha contado la villa barquereña a lo largo de su historia para dar servicio a los peregrinos. Un conjunto de atractivos turísticos que ha hecho destacar al municipio, por ser uno de los puntos más importantes en las etapas de la peregrinación. Es casi una tradición. Y es que, la importante dotación de la villa se remonta a la Edad Media, de la que aún quedan destacados vestigios, como los del Hospital de la Concepción. Con este objetivo a la vista se acaban de iniciar los trabajos de rehabilitación del edificio de la Torre del Reloj de San Vicente, enclavado en plena Puebla Vieja, en el corazón del conjunto histórico, junto al Castillo del Rey, las murallas y el Palacio del Inquisidor Corro, entre otros atractivos.
Que la maquinaria empiece a funcionar supone dar un paso más y, por fin parece que decisivo, en el largo trámite que ha tenido este proyecto para llegar a ser pronto una realidad. Su estudio se inició en el año 2022, con el objetivo de que el nuevo albergue entrase en funcionamiento a lo largo del último Año Santo Lebaniego, es decir, en 2023. Sin embargo, los planes cambiaron y la actuación se fue posponiendo.
El primero de los problemas fue la licitación del proyecto, que quedó desierto en dos ocasiones. Finalmente, fue adjudicado el otoño pasado a la empresa Imesapi S.A. por un importe de 409.795 euros, con un plazo de ejecución de diez meses. Pero apareció la segunda de las trabas. Los trabajos no pudieron iniciarse en aquel momento por problemas que presentaban los edificios de su entorno, por lo que fue necesario reunir a los propietarios y levantar un acto notarial de la situación. El trámite no resultó sencillo. Sin embargo, una vez resueltos estos problemas, los trabajos acaban de iniciarse en el interior del inmueble para no afectar a la actividad turística del verano y tener en el plazo de diez meses listo este nuevo equipamiento.
El proyecto prevé una profunda rehabilitación del inmueble, pero respetando sus muros exteriores y su imagen original. Y es que, el edificio está catalogado de forma que es obligatorio conservar su fachada original. El nuevo albergue, que cuenta con 261,60 metros cuadrados útiles, podrá acogerá hasta una veintena de plazas. Y se dispondrá de la siguiente forma: en la planta baja, que contará con una plataforma elevadora para salvar los escalones existentes y garantizar la accesibilidad de personas con movilidad reducida, se habilitarán los espacios comunes y un dormitorio accesible para dos personas. El resto de dependencias se llevará a la primera planta y bajocubierta, donde se ubicarán los espacios destinados a dormitorios, aseos, lavabos y espacios de almacenamiento.
Las mejoras cuentan con la inversión de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. En este sentido, el consejero Luis Martínez Abad destacó que se trata de una intervención «estratégica para San Vicente de la Barquera y para Cantabria como destino de turismo religioso». Que el municipio «cuente con un albergue municipal es clave para mejorar los servicios y la imagen que buscamos dar a los peregrinos». Además, explicó que «en este municipio confluyen dos caminos de peregrinación, el de Santiago Norte y el Camino Lebaniego».
Un edificio con múltiples usos a lo largo de la historia
El edificio de la Torre del Reloj, en el que se ubicará el futuro albergue, se encuentra enclavado en el corazón de la Puebla Vieja barquereña. A lo largo de su amplia historia ha tenido diferentes usos. Inicialmente se cree que fue iglesia y, posteriormente, acogió las antiguas escuelas nacionales. También fue sede del cuartel de la Guardia Civil, el destacamento de la Cruz Roja y, desde el año 1983, fue un centro cultural con la biblioteca municipal y un salón de actos.
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