«España ardiendo y sin medios y aquí nos reunimos 200 personas de buen rollo y traen hasta helicópteros»
Los participantes niegan que estén haciendo nada ilegal, afirman que no hay pelea y garantizan que dejarán la zona «más limpia de la que estaba»
Desde los accesos a la carretera, solo en momentos muy concretos se escucha la música de la rave. Muy de fondo. De hecho, si no ... fuera por el evidente dispositivo de la Guardia Civil y por la presencia de más vehículos y autocaravanas aparcadas en los pueblos de la zona, nada haría pensar que se está celebrando en su interior una fiesta ilegal. El 'anfiteatro' utilizado, una explanada en la zona de corte de la piedra ubicada en un hoyo dentro de los montes de Roiz, es perfecto para pasar desapercibidos.
Allí se ha instalado un escenario al que se accede por el pasillo que dejan las furgonetas y autocaravanas aparcadas en los márgenes. A eso de las 13.00 horas de este domingo, había casi tantos participantes en la rave refrescándose en las tiendas de campaña que bailando frente a los altavoces de los que sale la música electrónica. «Esto no se puede permitir porque es ilegal y porque genera una gran sensación de nerviosismo en los vecinos, pero realmente la cosa está tranquila. No son personas violentas», explicaba uno de los agentes desplazados. Junto a él, dos chicas vascas que se querían incorporar a la fiesta en la jornada del domingo, se quedaban con las ganas. «Solo queremos entrar, estar unas horas, y salir. Pero no nos dejan por si nos quedamos. Si yo tengo que trabajar mañana, que tengo que pagar la hipoteca de mi casa en Bilbao», decía una de ellas.
Sí logró entrar, porque lo hizo en la noche del viernes, antes de que se desplegara el dispositivo, un joven de Córdoba que compartía su autocaravana con un francés y otro andaluz: «Es muy gracioso que esté media España ardiendo y no hagan nada, que no pongan medios ni dinero, y aquí por reunirnos 200 personas hayan traído helicópteros y tengan patrullas 24 horas en la puerta, como si estuviéramos haciendo algo malo. Es ridículo». «Hay buen rollo. Aquí no hay peleas. Cuando nos vamos se queda el sitio más limpio que cuando llegamos, pero todo lo que hacemos es malo…», ironizaba señalan una de las bolsas de basura colocadas por toda la zona de acampada.
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