Condenan a 2 años y a pagar 3,2 millones al empresario que compró El Cuco de Piélagos

La Audiencia de Cantabria ha condenado a dos años de cárcel y a pagar una multa de 3,2 millones de euros al empresario que adquirió la sociedad El Cuco de Piélagos, que crearon cuatro empresas del grupo Sadisa y que contaba, en el momento de la compra (en el año 2013), con 35 solares libres de cargas y 31 inmuebles «gravados con hipotecas superiores a su coste y con difícil salida al mercado».

En la sentencia, que no es firme ya que cabe recurso de apelación ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, se condena también a un «cooperador necesario» en las posteriores compraventas «ficticias» que llevó a cabo este empresario para eludir el pago del IVA de las propiedades. La Audiencia impone a ese hombre un año y medio de prisión y 580.000 euros de multa.

A la hora de fijar las penas, el tribunal ha tenido en cuenta la concurrencia de la circunstancia atenuante de la responsabilidad penal de dilaciones indebidas. La sentencia explica que, pese al elevado periodo de duración de la causa, «no se aprecia que haya estado paralizada en momento alguno en el juzgado de instrucción». Sin embargo, una vez que el procedimiento llegó a la Audiencia Provincial para su enjuiciamiento, el juicio ha sido suspendido en varias ocasiones y «al menos en una de ellas fue de manera independiente a la voluntad de las partes acusadas», lo que justifica apreciar la citada atenuante.

Además, la Audiencia inhabilita a ambos para el ejercicio de cargos gestores y representativos de entidades y sociedades durante el tiempo de su condena de prisión y la posibilidad de recibir subvenciones, ayudas públicas, beneficios o incentivos fiscales o de la Seguridad Social durante cuatro años, en el caso del principal acusado, y tres años y medio para el cooperador.

Según la resolución, que facilita y explica en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, este empresario adquirió a las cuatro empresas del grupo Sadisa por 3 euros, en el año 2013, la sociedad inmobiliaria El Cuco de Piélagos, en una operación de compra con «una apariencia ruinosa económicamente», según considera el tribunal, que explica que los 31 inmuebles de esa sociedad, que conformaron cuatro empresas del grupo Sadisa, estaban gravados «con hipotecas superiores a su coste y con difícil salida al mercado», mientras que los 35 solares estaban libres de carga.

Sin embargo, esos 35 solares fueron entregados, en la operación de compra, a las empresas que vendieron El Cuco de Piélagos, lo que llevó al «hecho imponible del IVA» que se genera sobre la sociedad inmobiliaria adquirida por 1.739.984 euros.

La Audiencia añade que «quien supuestamente tendría que haber pagado (soportado) el IVA no lo paga y quien tendría que haber recibido (devengado) el IVA no lo cobra» en el momento de la operación de compra, por lo que señala que «El Cuco de Piélagos adquiere una obligación futura con la hacienda pública de más de 1,7 millones de euros sin haber percibido nada en absoluto». Tras adquirir esta sociedad inmobiliaria, el condenado junto al cooperador necesario intenta eludir el pago de ese IVA con una serie de compra de inmuebles, por parte de El Cuco de Piélagos, gravados con hipotecas a otras empresas a través de operaciones que fueron todas llevadas a cabo el mismo día: el 31 de diciembre de 2013.

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