Paladas de valentía, esperanza y superación
La bahía de Santoña acoge el Festival de 'Dragon Boat' con regatas de equipos integrados por mujeres supervivientes de cáncer de mama
«Hace justo un año estaba entrando en quirófano muerta de miedo para operarme de cáncer de mama y hoy estoy aquí remando con todas ... las compañeras, y eso es lo más importante». Eva Alonso subía ayer la rampa del Secadero del paseo marítimo de Santoña exultante. Al escuchar los aplausos del público alzaba la pala victoriosa. Su equipo, el Alberche Kayak Club, de Madrid, acababa de perder en una de las tandas de las regatas y, aún así, todas salían sonrientes del agua. «Ha sido complicado por el viento y las olas, pero, al final, hemos llegado a meta». Y ellas, mejor que nadie, saben lo que es encarar las adversidades de la vida y luchar para salir hacia adelante. «Quiero decir que se puede».
La bahía de Santoña fue este sábado un espectáculo de valentía, superación y esperanza. Sus aguas acogieron la primera jornada del tercer Festival de 'Dragon Boat' Memorial Lola Echevarrría, organizado por la Asociación Cantabria en Rosa. Ocho equipos procedentes de Madrid, Asturias, Galicia, Valladolid y Cantabria integrados por mujeres supervivientes de cáncer de mama compitieron remando, al ritmo de un tambor, a bordo de sus barcos dragones. La mar no se lo puso fácil. Soplaba el nordeste y hubo algo de oleaje. Pero estas 'dragonas' le echaron garra y coraje para avanzar lo más rápido posible. «Se trata de disfrutar, aunque, si se gana, mejor», dicen. Y es que algo de pique sano hay. Para eso llevan entrenando intensamente los últimos meses.
Por la mañana se celebraron las competiciones eliminatorias para seleccionar a los cuatro equipos de cara a la gran final que se disputará hoy. Será también por la mañana y en la zona de El Secadero. El sábado fue largo y fructífero. No todo fue deporte. Hubo talleres de elaboración de anchoas, una ruta en barco, comida popular de marmite, la recepción en el ayuntamiento, desfile de los equipos por las calles de la villa y hasta bailaron al ritmo de la charanga Los Ronceros.
Las anfitrionas se han volcado para que el festival salga redondo. Las pasadas ediciones se celebraron en el Pantano del Ebro y en El Astillero. «La verdad es que está siendo muy emocionante estar en Santoña porque es un pueblo que siempre nos arropa y se vuelca con la asociación», destacaron Lola Fores y Luisa Colina, integrantes de Cantabria en Rosa. A su lado, Marga Tagle, presidenta del colectivo, señalaba que el remo dragón es más que un deporte. «Es vida», aseguró. «Remamos todas juntas, se nos olvidan las penas y es una sensación de equipo y de unidad muy grande», añadieron Marta Bordas y Carmen Bermúdez.
Ganaron una de las tandas. Y en la otra se quedaron a segundos, llevándose muy buenas sensaciones. «Hemos estado muy a gusto y dándolo todo como siempre». En la segunda ronda se llevaron un pequeño susto justo al acabar. Fruto de los abrazos por el triunfo y del viento, el barco volcó y se cayeron al agua. «Nunca nos había pasado», reconocieron al pisar tierra. Una anécdota más para contar.
Todas las participantes recibieron el cariño del público congregado en El Pasaje por su espíritu de resiliencia. Han salido de la enfermedad con más ganas y fuerzas. Antes del cáncer, la gran mayoría no realizaba deporte, y ahora, las mujeres de Cantabria en Rosa practican remo, tiro con arco y hasta sevillanas. «Nos gusta exprimir la vida al máximo porque cada segundo cuenta». Una filosofía que han contagiado a su entrenador, el remero santoñés, Agustín Garay, que alabó su lucha, alegría y capacidad de sacrificio. En cada palada, confesaron, hay detrás muchos pensamientos y emociones. «Remamos por las compañeras que nos han dejado, las que están en el hospital y las que, por desgracia, lo sufrirán». Todas empujan estas embarcaciones capitaneadas por la esperanza y la sororidad.
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