La Portus Victoriae vuelve a hacerse oír
Tras medio año de parón por la pandemia del covid, la coral santoñesa ha retomado los ensayos en grupos reducidos y con la ilusión de preparar un nuevo repertorio
Un piano acompañado por unas afinadas voces se escucha al pasar por el número 21 de la calle La Verde, de Santoña. La puerta está abierta de par en par. Un gesto que, antes del covid, podría tomarse como una invitación a entrar y conocer la actividad, ahora es una medida más para garantizar que la sede esté ventilada. La coral Portus Victoriae regresó la semana pasada a los ensayos. Después de seis meses de silencio, sus integrantes han retomado la pasión por cantar en grupo.
Tras el confinamiento domiciliario del año pasado, la coral reanudó su dinámica los meses de verano, pero todo se volvió a detener a finales de octubre cuando la pandemia empeoró. La normativa sanitaria les obligó a enmudecer un repertorio musical que, poco a poco, quieren ir recuperando y ampliando con nuevas piezas.
Han sido los propios coralistas los que han pedido a su directora, Lara Agudo, retomar los ensayos con todas las precauciones del mundo. «Es una decisión que les he dejado siempre a ellos y la mayoría me habían comunicado sus ganas de volver a empezar». Ante ese deseo, ha ideado una vuelta al trabajo lo más segura posible para evitar contagios. «Nos estamos volviendo a encontrar en grupos reducidos que no superan las ocho personas». Y siempre manteniendo las normas de seguridad. Distancia, desinfección y por supuesto, cantan con mascarillas.
En esta nueva etapa, realizan dos ensayos por semana. A cada sesión acude una de los cuatro cuerdas que componen la coral. Nunca se van a juntar todos. Solo en el caso de que tuvieran que prepararse para una actuación, se trasladarían al edificio de la Casa de la Juventud para «poder hacer un trabajo común y de empaste». Aunque lo cierto es que no tienen ningún concierto programado en el horizonte.
La directora tiene por delante un reto complicado: insuflarles la misma ilusión que si tuvieran una agenda repleta de actos. Para conseguirlo, van a ensayar con la esperanza de poder llegar a realizar alguna actuación en el mes de agosto dentro de las Jornadas Corales que organiza la propia Portus. «De momento, está todo en el aire, pero voy a trabajar con ellos las piezas como si supiéramos que las vamos a llevar a escena». De esta forma, añade, «también consigo ilusionarme yo y les contagio de ese sentimiento cuando me presento delante de ellos». Y qué mejor forma de hacerlo que con repertorio nuevo. «Podíamos seguir trabajando programas antiguos, ya que el simple hecho de volver a ensayar les sirve de mucho y con eso se sienten compensados. Pero nos hace falta un poco de aire fresco, y estrenar nuevos textos y melodías te hace implicarte y te llena más».
Y, por supuesto, será un repertorio que fascinará. Si algo caracteriza a la directora es que huye de la monotonía musical. «Ya que la vida nos ha sorprendido, un año más tengo que sorprenderles yo a ellos con mi elección». La principal diferencia es que van a interpretar un programa en castellano. Algo que Agudo había dejado aparcado hasta el momento. Desde que asumió la batuta de la Portus, ha sumergido a los coralistas en piezas tradicionales de otros países para que «conocieran la cultura musical internacional tan rica que tenemos». Han cantado temas africanos, canciones hebreas, góspel...Y, ahora, ensayarán para deleitar al público con canciones «tradicionales». Más nuestras. «Algunas muy conocidas y otras menos». Su anhelo es poder presentarlas en las Jornadas Corales que «para nosotros son muy importantes porque este año celebramos nuestro 40 aniversario».
Ayuda individualizada
Los primeros ensayos los invertirán en poner en forma de nuevo las voces que se han enfriado por culpa del covid. En cuanto a dar las clases en grupos reducidos, Agudo valora que es positivo de cara a realizar un trabajo aún más riguroso si cabe. «Para los coralistas es muy cómodo porque les puedo ayudar más y de manera individualizada». El hándicap es más para ella ya que «tengo que imaginarme cómo sería el sonido del grupo al completo». A diferencia de otras agrupaciones, la coral Portus Victoriae no ha dejado que la pandemia apague sus constantes vitales.
La directora es conocedora que algunos grupos del mismo perfil de la región «se han perdido por el camino y tristemente no van a resurgir», por eso, dice, «me siento una privilegiada». Los coralistas aunque no han podido hacer lo que más les gusta en estos últimos meses, han querido demostrar que siguen presentes de una u otra forma. Así, en Navidad participaron en un concurso local decorando la cristalera de la sede con un original belén y en Carnaval mandaron un divertido video de los componentes disfrazados a Carnavaldelnorte. «Estas cosas me dan la pista de que disfrutan trabajando conmigo y que es una actividad que les motiva e ilusiona. Creo que hago una buena labor no solo en el ámbito musical sino también a nivel psicológico ya que el rato de ensayos es fundamental para ellos». La gran mayoría, de hecho, está regresando a la actividad aunque algunos integrantes de edad más avanzada esperarán al menos a darse la vacuna. «Pero me han dicho que tienen mucha ganas de volver». Y, eso, es lo más importante.
El coro joven Siete Villas que también dirige Agudo reanudó los ensayos a comienzos de marzo. Los viernes por la tarde acuden a la sede de La Verde una docena de integrantes para preparar canciones nuevas. En las clases alternan los ensayos de la voz con pequeños descansos en los que salen a la calle para respirar aire limpio
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