Un reencuentro 63 años después de compartir aula en Santoña
Una veintena de compañeros de clase en el Bachiller Superior del instituto Manzanedo, modalidad marítimo pesquera, vuelven a juntarse en la villa
Han sido dos jornadas entrañables de emociones nostálgicas y hermandad. Una veintena de antiguos alumnos que estudiaron hace 63 años el Bachiller Superior, modalidad marítimo ... pesquera, en el instituto Marqués de Manzanedo de Santoña han celebrado, recientemente, un encuentro en la villa para compartir anécdotas y recuerdos de pupitre.
Desde el año 2014, el grupo se reencuentra cada cierto tiempo en municipios y ciudades del país que acuerdan entre todos. Aunque algunos siguen residiendo en la villa marinera, la mayoría están desperdigados por diferentes puntos de España, e incluso de fuera. Por el momento, se han vuelto a ver las caras en Bermeo y en el Puerto de Santa María pero, sin duda, Santoña es el sitio más especial para juntarse al ser el lugar donde nació y se forjó una amistad inquebrantable.
En esta ocasión, ha relatado el exalumno Tomás Bonet, se han unido cerca de 20 compañeros, junto a sus esposas, para disfrutar de dos días inolvidables. «Tenemos ya casi todos 80 años y cada vez acudimos menos a esta cita, pero hemos disfrutado mucho compartiendo impresiones y recuerdos».
Las actividades han incluido la celebración de una misa en la propia capilla del instituto Marqués de Manzanedo, amenizada por la coral Virgen del Puerto. Además, han realizado un evento en el salón de actos del instituto con la entrega de varios obsequios al centro, que recogió la directora del centro, Diana Iglesias, a la que agradecen su colaboración para poder llevar a cabo estos encuentros. «Un antiguo alumno andaluz, Pascual Pérez que es pintor, le hizo entrega de un cuadro y otro compañero fotógrafo, Iñaki Marcaida, regaló una fotografía». En el evento también estuvo presente el alcalde, Jesús Gullart.
Visitas
En la segunda jornada, los excompañeros de clase aprovecharon para visitar la Galería del Arte de la Anchoa y acudieron de nuevo a las instalaciones del centro, en cuya entrada se tomaron una fotografía de familia. Seguidamente, acudieron a la sede de la Cofradía de la Anchoa y concluyeron el recorrido reponiendo fuerzas con una comida en un restaurante de la localidad.
Los presentes finalizaron los estudios en los cursos del 62-63, 63-64 y 64-65. En aquella época, el instituto funcionaba también como internado para acoger a los que vivían lejos de la población.
El Manzanedo era el único centro que impartía la formación que ellos cursaron y fueron muchos los adolescentes que se matricularon procedentes de distintos puntos de España y también de los pueblos de alrededor de Santoña. Eran unos críos de apenas 15 y 16 años que compartieron experiencias, muchas vicisitudes y alegrías de juventud, tanto dentro como fuera de las aulas , que les marcaron para siempre. Por esos estas reuniones, les insuflan ilusión y vitalidad, al regresar a una de los épocas más bonitas de sus vidas. «Son años que nunca se olvidan», reseña Tomás en nombre de todos sus compañeros.
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