Una cirugía en el puente de Somo
Patologías. Las obras abordan la corrosión en las armaduras, la pérdida de recubrimiento de hormigón y las fisuras en el vértice de las pilas de soporte de la infraestructura
La carretera de la costa entre Marina de Cudeyo y Ribamontán al Mar ve pasar a diario hasta 13.400 vehículos. Y es que, desde ... hace casi cincuenta años, vecinos y turistas concurren a diario por el puente que une Pedreña y Somo, que fue el último tramo construido de la vía de la costa en 1977 respondiendo a una demanda histórica. Es una infraestructura transitada en la que el paso del tiempo y la exposición directa a un entorno marítimo agresivo han dejado huella. Estos factores han supuesto un desgaste evidente de la reclamada pasarela. Y así lo recoge el estudio técnico del proyecto de conservación, mantenimiento estructural y mejora de la seguridad vial del puente sobre la Ría de Cubas. El informe plasma la corrosión en las armaduras del puente, la pérdida del recubrimiento de hormigón y las fisuras en el vértice de soporte de las pilas (las columnas que mantienen la pasarela).
¿Y cómo es una reparación de estas características? La exposición al mar es una dificultad añadida. Para la rehabilitación son necesarios andamios flotantes que, sobre la última zona en tierra, sujetan la estructura que permite a los operarios trabajar bajo el puente. Por el momento, ocho meses después del comienzo de las obras, el andamio alcanza un cuarto del largo de la plataforma. Aún quedan diez meses de previsión de ejecución y el desarrollo de los trabajos en el inferior de la infraestructura avanza según lo esperado. Los operarios repican el hormigón y comprueban el esqueleto de hierro en la parte inferior para reconstruirlo. El objetivo es reforzarlo y rearmar las partes con mayor deterioro. Algunas, incluso, dejaban ver la estructura interna metálica sobre la que se basa todo el puente.
Es en la parte superior, en la calzada, donde se han encontrado los mayores contratiempos. Durante unas catas para comprobar los tensores, se encontraron con el mal estado de los tirantes del puente. Así, la obra pasó de contar con un presupuesto de 3,7 a 4,3 millones, además de tener que cerrar uno de los carriles al tráfico temporalmente. Posteriormente, se procederá a finalizar los trabajos de mejora de la seguridad y señalización, así como la creación de una senda ciclable.
Las patologías
Las catas y el fresado del aglomerado en la parte superior de la pasarela se han completado. Mientras, continúan los trabajos para sanear el hormigón de la zona inferior, la más expuesta al mar, picando las áreas de mayor desgaste y reponiéndolas. Todo ello con un objetivo clave: evitar lo que ocurría hasta ahora. Era la propia estructura metálica la que expulsaba por su dilatación el hormigón que la cubría, dejando a la vista el esqueleto interno del puente e, incluso, con el desprendimiento de alguno de los bloques de hormigón al completo que servían como método de seguridad para las aceras laterales.
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