300 personas se concentran en Llanos de Penagos contra un parque eólico que prevé 14 molinos de 200 metros

Delante de ellos una pancarta que rezaba 'Cantabria es La Montaña. Defiende La Montaña, tu tierra. Eólicos No', para poner voz a las reclamaciones de los cientos de vecinos que media hora antes llenaban las mesas para estampar su firma en las alegaciones que hay que presentar antes del 26 de agosto.

Clara Bárcena Berzosa, una de las portavoces del Colectivo, ha dejado claro que el proyecto, «que está lejos de ser justo con el territorio y las zonas rurales, llegó «sin avisar, sin información, sin tener en cuenta a las vecinas y vecinos». A su lado, Carmen González, de los Colectivos Vecinales para la Defensa del Territorio de Cantabria, recordaba que, «cuando se conectan los proyectos actuales y futuros, se entiende que el Sur y el Centro de Cantabria son 'zonas de sacrificio' donde la población, el patrimonio y las formas de vida, están seriamente amenazadas».

El proyecto 'Benavieja' contempla una potencia instalada de 86,8 megavatios, con 14 aerogeneradores y una línea de alta tensión de 220 kV que atravesaría cinco municipios.

«NO seremos patio trasero, no aceptaremos que se nos imponga un modelo que beneficia a los de siempre, ni paisaje colonizado por intereses ajenos, mientras se nos condena al abandono y la destrucción. Esta tierra tiene voz, tiene memoria y tiene dignidad», concluía el comunicado leido al inicio de la protesta por Maribel Cabarga, Telvi Cotero, Estrella Rabago, Clara Barcena.

En este comunicado se enumeraban también las obras previstas en el parque de Repsol y sus afecciones, y la previsión de otros tres proyectos en marcha (Astillero I, Astillero II y Briesa), cuyas vías de evacuación también afectan a este territorio.

«Porque son gigantes y no molinos, porque estamos aquí dispuestos a luchar, para no convertirnos en tierra de sacrificio y que los daños sobre nuestro medio sean irreversibles», fue la consigna lanzada por este grupo de vecinos que advierte de que aunque se «venden» como proyectos de energía limpia en realidad «refuerzan una injusticia territorial» que acentúan la desigualdad .

Entre los daños al territorio, citaron la destrucción directa de hábitats y la afección a especies en peligro que existen en estas montañas, el daños ambiental y paisajístico, la pérdida del valor de las viviendas, los efectos negativos sobre la salud - porque no se mantiene una distancia de seguridad- , las repercusiones sobre las actividades económicas de la comarca -silvicultura, ganadería, agricultura, cinegética- y, por tanto, sobre un tejido socioeconómico muy ligado a la tierra y el paisaje. En este sentido, también aludieron a los daños al atractivo turístico de una zona en la que se encuentra el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, el mirador de Peña Cabarga, Liérganes o Esles de Cayón y la repercusión en el patrimonio cultural y etnográfico como yacimientos arqueológicos (cueva de La Peña), arquitectónicos (puente medieval de Bunbaro) y etnográficos como las cabañas pasiegas y otros cabañales.