Las canalizaciones centenarias de Ataúlfo Argenta no aguantan el paso de camiones
Aqualia refuerza las estructuras de aguas residuales, construidas hace más de cien años, que sufren al soportar el paso de los vehículos pesados que hoy circulan sobre ellas
El perfil de una bóveda de ladrillo macizo asoma por la zanja abierta en los trabajos de reparación de las conducciones de aguas residuales que ... el Ayuntamiento está ejecutando en la calle Ataúlfo Argenta. Es lo que los entendidos denominan una estructura 'de fábrica', el sistema al que recurrían los ingenieros para trazar las redes de saneamiento de las ciudades ya en el siglo XIX.
Es esa Santander decimonónica la que emerge en esas canalizaciones, que datan de la época en que construyó esa zona del Ensanche, a caballo entre los siglos XIXy XX. El problema es que esas infraestructuras, que siguen cumpliendo su función a pesar del tiempo transcurrido, no estaban concebidas para soportar el peso de los vehículos pesados que hoy en día circulan sobre ellas. Ese es el motivo por el que, frecuentemente, se producen hundimientos en el pavimento en ese área que obligan a renovar tramos de la red.
Los trabajos que actualmente se ejecutan consisten en la reparación de la galería del interceptor de recogida de aguas residuales, según la información facilitada por el Ayuntamiento, una actuación que obliga a cortar el tráfico en las calles Ataúlfo Argenta, en el tramo entre Lope de Vega, y Gándara, entre Ataúlfo Argenta y Hernán Cortés. Está previsto que las obras concluyan a finales del próximo mes de enero.
Las claves
Estructura de fábrica
Las canalizaciones datan de la época en que se construyó el Ensanche, entre los siglos XIX y XX
Sustitución
Renovar toda la antigua red de saneamiento de Santander supondría una inversión millonaria
Un ligero hundimiento
La necesidad de abordar esa renovación se detectó antes del verano, cuando ya era apreciable un ligero hundimiento en la calzada. El Ayuntamiento procedió al hormigonado del tramo, retrasando la actuación en profundidad hasta después de la temporada estival, probablemente al tener en cuenta la mayor intensidad de flujo de vehículos durante esos meses.
Se trata de trabajos necesarios, sobre todo teniendo en cuenta el largo historial de incidencias por el hundimiento de las antiguas bóvedas: en 2013 ya ocurrió en la propia calle Ataúlfo Argenta; en 2014 pasó otro tanto en López Dóriga, cuando el suelo cedió al paso de un camión de la basura que hubo se sacar del socavón con una grúa, y en 2015 otro de esos camiones volvió a quedar atrapado por el mismo motivo en la calle Florida y, meses después, y a pocos metros de allí, era la acera de Jesús de Monasterio la que se venía abajo.
Ataúlfo Argenta, Gándara, Casimiro Sainz, Lope de Vega, Bonifaz y Peña Herbosa son algunas de las calles que se levantan sobre esas viejas conducciones, que se van sustituyendo por nuevas tuberías al ritmo que van marcando las incidencias, ya que la renovación integral de todo el trazado exigiría una inversión millonaria.
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