El cristal cubre ya el 'nuevo' arco de Faro Santander
Una espectacular operación abordó ayer la colocación de las piezas que completa la configuración del futuro paso entre ambos edificios y de mirador en altura hacia dentro y fuera de la ciudad
Una espectacular operación en torno al histórico edificio del Paseo de Pereda permitió durante buena parte de la mañana de ayer instalar los grandes ventanales ... destinados a acristalar el arco de Faro Santander. El inmueble, que prácticamente ha quedado despejado de todo tipo de andamiaje y estructuras, albergará desde el verano de 2026 el nuevo proyecto cultural, museístico, de tecnología y ocio con un enfoque cultural, educativo, medioambiental y social. Cerca de cumplir cuatro años y medio desde la colocación de la primera piedra, las obras concluirán a mediados de enero, según la estimación oficial anticipada por El Diario Montañés. La intervención en el arco planteada por el arquitecto David Chipperfield, emblema simbólico de la antigua sede del Banco Santander, centró algunas de las polémicas iniciales de este proyecto que, como todos los que caracterizan la labor del arquitecto británico, busca fusionar lo antiguo y lo nuevo.
El arco, en los nuevos usos del edificio, cumplirá una labor de puente y paso entre las dos edificaciones fundidas en los años 50 del pasado siglo en los números 9 y 12 del Paseo Pereda de la capital cántabra. Ahora, un entramado visible de escaleras y pasos públicos que, al tiempo, posee una función de mirador hacia el interior de la ciudad y frente a la bahía. En las últimas semanas se ejecutaron diversos trabajos en la estructura de la arcada y ayer se procedió a colocar las grandes piezas de cristal que completan el nuevo diseño del arco, marcado por la transparencia junto a las estructuras metálicas.
La rehabilitación integral para el arquitecto tenía desde el principio un elemento clave en el arco. Un inmueble integrado en un conjunto histórico-artístico protegido, resultado de varias reformas a lo largo del pasado siglo. Los espacios distribuidos ahora por el edificio a modo de galerías para exposiciones tienen como nudo de comunicación el paso por la arcada. No obstante, entre las singularidades de la construcción del llamado Faro Santander destaca la escalera helicoidal de hormigón, fruto de una elaboración compleja, que comunicará el acceso del vestíbulo principal a la primera planta, a modo de eje principal de recepción de visitantes.
La antigua sede del Banco Santander prácticamente ha quedado despejada de andamiajes y estructuras tras cuatro años de obras
Desde ahora, el conjunto de la actividad restante en la obra se concentra en una última fase dedicada a los acabados y detalles, y en culminar el complejo de instalaciones. También se estudia el diseño urbanístico del entorno y la posible peatonalización ante la prevista apertura del edificio en verano de 2026.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión