Previa sin miedo al chaparrón

Ni siquiera la lluvia ha supuesto amenaza suficiente para el tardeo en Jerónimo Sainz de la Maza. La previa antes de la cita en Cuatro Caminos auguraba estar pasada por agua, pero el público santanderino ha conseguido superar ese iceberg. Y con qué clase. Ni un paraguas por la calle.

Alguna chaqueta, eso sí, pero en su mayoría camisas y polos, desafiantes frente al clima. Siempre con el característico adorno azul de fiestas al cuello. Una mujer, entera de rosa ella, le ha pedido a su hijo: «Átame el pañuelo bien». Claro que también se han visto los habituales 'valientes, pero no tanto', que sin ir con avituallamiento para la lluvia, sí que han agarrado su plaza de toldo de bar como si fuera ese abrigo necesario ante un inminente chaparrón.

Pero al final, ni falta que ha hecho. El sol ha salido, como todos los días según el dicho, y la calle se ha llenado de gente preparada para los toros de 'El Pilar'. El ritual ya lo conocen. Gente que se preguntaba cuál era la puerta de embarque y otros tan habituales que se han parado a conversar con los de seguridad como si los conocieran de toda la vida.

Todo para culminar con el rito de entrada. Fuera el ambiente ha continuado, esta vez sin miedo al cielo por la seguridad del sol. 'Pintoresca' es la palabra que mejor define la estampa. Los colores más variopintos y los sombreros más extravagantes se han paseado por la calle.

Borsalinos italianos, chupallas chilenas e incluso una insólita gorra de marinero. Por no hablar del caso del mariachi que se ha paseado por la calle con una trompeta. El habitual vendedor de cojines ha coreado en voz alta un «¡para la plaza!» mostrando su producto mientras que unas jóvenes le decían a su amiga por teléfono «Toda la calle está llena». Pues eso, un día de éxito para la cita.