El fin de los parchazos de Sainz de la Maza
Las obras de 'humanización' de la N-623 mejorarán, por fin, unas maltrechas aceras con hasta 19 tipos de baldosa en poco más de 400 metros
Dorothy y sus amigos recorrían un camino de baldosas amarillas para llegar a su destino en 'El mago de Oz'. Si el hombre de hojalata ... tuviera que hacer algo parecido por la calle Jerónimo Sainz de la Maza posiblemente acabaría fundido en un desguace. Desquiciado. Las aceras de esta calle son un despropósito, una sucesión de parchazos, un collage de recortes de asfalto. No es una exageración: en poco más de cuatrocientos metros se pueden contabilizar en las aceras hasta 19 tipos distintos de pavimento. Mezclados, un trozo de uno por aquí, uno suelto de otro por allá... Los vecinos llevan años pidiendo respuestas para una calle 'atrapada' por una duplicidad institucional. Porque lo que pasa por la cuesta de la Plaza de Toros es la N-623 –una Nacional– y Ayuntamiento y Ministerio, uno por otro, no le habían metido mano a la calle más allá de tapar agujeros echando mano de las baldosas que tuvieran a mano en ese momento. Y hay de todo –y en muy mal estado–. Esta situación parece vivir su cuenta atrás. Primero, porque la obra de 'humanización' de las Nacionales que se adentran en Santander ya ha empezado e incluye mejorar las aceras. Y, segundo, porque, tras esta obra, la competencia de actuar en esta calle pasará al Ayuntamiento.
«Desde la Asociación de Vecinos Pedro Velarde llevábamos años reclamando el arreglo. Del asfaltado y, sobre todo, de las aceras, que en algunos lugares estaban a la misma altura de la carretera. Lo pedíamos por el deterioro y la diversidad de baldosas. Por fin parece que que lo van a reparar, por lo que estamos a la espera de la finalización para poderlo celebrar. Tanto por los vecinos de este barrio como por los ciudadanos de Santander en general», apuntan en la zona. Ojo, que el arreglo tampoco será de un día para otro. Las obras de 'humanización' ya han empezado por la zona de Campogiro, pero el plazo de ejecución para el proyecto completo es de 27 meses –más de dos años–. Es una cuenta atrás para el fin de los parchazos, pero lenta.
Entre tanto, resulta hasta entretenido ir contando. De Cuatro Caminos al paso de cebra junto al semáforo que hay antes de la rotonda de Valdecilla Sur. Un pegote de cemento con unas tuberías al aire que alguien ha usado como papelera (ayer estaban llenas de latas de cerveza), baldosas cuadradas con rectángulos grandes –unas rojizas, otras azules...–, baldosas cuadradas con rectángulos pequeños... De un mismo tipo de loseta –unas grandes, rectangulares, sin dibujo– hay de tres colores colocadas sin orden ni concierto. Y luego una gama de azulejos diferentes dispuestos como un cuadro de Kandinsky en un día malo.
Sirvan las fotos que acompañan este texto. La de la entrada a la farmacia junto al paso de cebra de la Plaza de Toros o la del suelo que rodea la parada de autobús. Una acera a base de pegotes desgastados (y resbaladizos, que ya ha habido alguna caída), desconchones, desniveles o baldosas de esas que 'escupen' cuando ha llovido. No falta de nada.
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