La historia contada de «la parroquia de las parroquias: El Cristo»
Un libro, que surge a iniciativa del párroco José Vicente Pérez, recoge los 900 años del edificio y más de ochenta fotografías
Tres décadas de amistad unen a Francisco Gutiérrez Díaz, historiador del arte, Marcial Martínez, fotógrafo, Valeriano Pérez, profesor de religión, y José Vicente Pérez, el ... sacerdote, párroco de la Parroquia del Santísimo Cristo y canónigo de la Catedral. Entre los cuatro han escrito un libro sobre el anciano edificio que presentan el día 30 de septiembre en el Ateneo a las 19.30. «Nos ha liado el padre», bromea Francisco. 88 fotos ilustran la obra 'Parroquia del Santísimo Cristo: Una mirada profunda y serena'. «El padre me dijo que solo necesitaba cuatro», reclama Marcial, entre risas. El prólogo de la obra fue escrito por el obispo de Santander, Arturo Pablo Ros, a quien José Vicente se encuentra «muy agradecido por su contribución». «También quiero agradecer a todos los sacerdotes y párrocos que han venido antes de mi porque esto es una cadena».
Esta parroquia, que empezó a construirse en el siglo XII, representa para José Vicente «el broche de oro de mi vida sacerdotal», un objeto tan valioso que le ha llevado a iniciar este proyecto. Varias reliquias se encuentran en su reducido espacio, entre ellas los bustos encargados de San Emeterio y San Celedonio. Pero esa no es la imagen preferida de Marcial. «Mi favorita es la escultura del Cristo en la Cruz. Está sangrando por las heridas de los clavos y la lanza, pero si te fijas en su cara, está sonriendo, con mucha calma y paz. Después de esto, empecé a verlo de otra manera».
«Lo que para mí la parroquia transmite fundamentalmente es paz y serenidad», comenta Valeriano. Es la estancia y su luz tenue, combinada con la cantidad de imágenes, lo que muestra esta atmósfera casi numinosa para el profesor. «Puedes mirar para el coro, puedes mirar para los confesionales, pero siempre hay algo interesante que ver. Aunque luego esto sea de todo menos tranquilo, porque aquí no para de pasar gente». Normalmente hay mucho tránsito, especialmente en verano, para entrar en «la parroquia de las parroquias, porque sostiene la Catedral y es la más antigua. Aquí vienen muchos bautizos, bodas, celebraciones... Es la iglesia donde más piden celebran los sacramentos», explica José Vicente.
Los 900 años que tiene el edificio atraen a una buena cantidad de peregrinos. Como curiosidad, explica Francisco, en esta iglesia es donde por primera vez se ve unido el escudo de Castilla y León. La parroquia también vivió un momento tenso cuando en el siglo XVI, el Papa envió a un canónigo suizo de incógnito para saber si merecía la pena hacer una diócesis o no. «El resultado del informe fue devastador. Decía cosas como que los curas eran analfabetos, daban la misa con las albarcas puestas, no se lavaban las manos... Un horror. Y claro, no se hizo diócesis». La situación para los fieles de la región, comenta, era terrible. «El arzobispo más cercano era el de Burgos y no venía casi nunca. Una vez vino y tuvo que confirmar a hijos, padres y abuelos, porque llevaba ochenta años sin venir» La diócesis no se hizo hasta 1754, más de doscientos años después.
Pero para los cuatro no solo es un enclave histórico sino también una «transformación», como dice Marcial. «A medida que hacía fotos me fui metiendo en la atmósfera misteriosa de la parroquia». Ya en el prólogo José Vicente se lo pregunta: «¿Qué tiene este templo que mires por donde mires produce admiración? Te da paz y calma interior».
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