El Hotel Colón avanza en su rehabilitación integral y dice adiós a su clásica fachada
La renovación exterior e interior del centenario edificio, ubicado en la plaza de Las Brisas, se prolongará hasta mediados de 2027
Poco queda del Hotel Colón tal y como se le conocía. Su característica fachada panelada, desteñida por el paso del tiempo, y las llamativas ... letras azules que anunciaban el nombre del establecimiento ya son historia. Sobrevive su volumetría, eso sí, pero el resto cambiará radicalmente. Las obras de rehabilitación integral de este centenario hotel de Santander, ubicado en la plaza de Las Brisas y que lleva una década cerrado, arrancaron el pasado mes de mayo y avanzan a buen ritmo. El plazo para concluir los trabajos, que ejecuta la constructora Fernández Rosillo, es de 24 meses, por lo que la previsión es que esté renovado para mediados de 2027.
Los avances en estos cinco meses son evidentes a simple vista. La fachada está actualmente desnuda, con el hormigón que había bajo el revestimiento a la vista. Durante gran parte de este tiempo, el inmueble ha estado rodeado de andamios para poder llevar a cabo esta operación y retirar la 'piel' del hotel, que dará paso a otra más moderna en tonos blancos. También se han retirado todas las ventanas, que se sustituirán, y las puertas. Estos huecos están actualmente tapiados para evitar que alguien entre sin permiso.
Las claves
Cambio de imagen
En cinco meses, se ha eliminado el revestimiento de toda la fachada y está a la vista el hormigón
Cómo quedará
El edificio será de tonos blancos y grises, con los marcos en negro. El cartel con el nombre irá al tejado
Así, las actuaciones en el interior se desarrollan a través de una caseta que se ha instalado justo al lado del edificio y por la que los operarios entran y salen. También es historia ya el mítico cartel de la Frutería Mary, negocio que estaba a los pies del hotel y cuyo rótulo, hecho de azulejos y decorado con frutas, aún adornaba el edificio.
¿Cómo será el hotel una vez terminen las obras? Los tonos azulados que tenía el inmueble se sustituirán por el blanco y el gris y se optará por elementos más oscuros en ventanas y balcones. En las terrazas y zonas comunes se prevé incluir vegetación y el nombre del hotel -según la infografía facilitada en mayo por Fernández Rosillo, conservará el que tiene- se colocará en el tejado, en lugar de volver a su ubicación en la fachada.
Según establece el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) vigente en Santander, el diseño y materiales que se utilicen en la reforma deberán corresponder al de una edificación acorde al carácter residencial de la zona y ajustarse a los usos especificados para este edificio, que no está protegido y tampoco está incluido en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico de El Sardinero.
Nuevo dueño desde 2024
El hotel fue adquirido el año pasado por el grupo inmobiliario Peña Pelada SL, de bienes raíces, que pertenece al mexicano Ramiro Gómez Trueba, de origen cántabro. La empresa se dedica desde hace nueve años a la compraventa de inmuebles por cuenta propia, la promoción inmobiliaria, la construcción de edificios y la gestión y administración de propiedad inmobiliaria. Aún se desconoce si será este mismo grupo quien explote el hotel o si lo hará otra firma. Lo que sí se sabe es que será de cuatro estrellas, tendrá 28 habitaciones, salones y cafetería.
Con su próxima reapertura, volverá a la vida el histórico Hotel Colón, que tiene más de cien años. Abierto entre 1910 y 1920, José Diego y Aurora Martínez lo adquirieron en 1941 -después del incendio que arrasó gran parte de Santander y la pensión que poseían en el centro- a los hermanos Rabagán, que residían en Madrid y que tras la muerte de su padre deseaban desprenderse de él. Fue un hotel familiar ya que, tras el fallecimiento del matrimonio, lo regentó su hija Herminia y el esposo de esta, Rafael de Palacios, el propietario del edificio hasta su cierre.
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