La nueva UIMP celebra sus 90 años como espacio de convivencia interdisciplinar
El equipo que lidera el rector Carlos Andradas prepara el programa de conmemoración con una reivindicación de las señas de identidad académicas
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo clausuraba en septiembre de 2008 los cursos de este verano con un balance que hoy resulta casi un espejismo: 8. ... 500 alumnos pasaron por sus aulas, lo que supuso un crecimiento del 20% tras una programación excepcional coincidente con el 75 aniversario de la institución académica, en un periodo de gestión del rector Salvador Ordóñez. Casi catorce años después la UIMP se asoma al umbral de la celebración de su noventa aniversario que, en realidad, abre las puertas a una década de conmemoraciones camino de su Centenario.
La Universidad cumple nueve décadas desde su fundación en 1932, creada inicialmente bajo el nombre de Universidad Internacional de Verano de Santander. Una etapa que desembocaría en lo que hoy se conoce como la decana de las universidades de verano: Fue el 3 de julio de 1933 en el Aula Magna de La Magdalena, en un acto sencillo pero trascendental, cuando se celebró la inauguración de lo que llamó el poeta Pedro Salinas «la universidad más joven y, a la vez, la más nueva del mundo». La Universidad de Verano no concedía títulos, sería un organismo de cultura internacional e interregional, encargada de organizar cursos y enseñanzas ampliatorias, seminarios y cursillos, «con la función de atraer a los estudiantes extranjeros y fomentar la convivencia de profesores y alumnos».
Antes incluso de empezar a funcionar, el que fuera secretario de la institución recién creada, lo expresaba con estas palabras: «Centro único en el mundo, corresponderá a esta ciudad el honor de que se haya echado la simiente, cuyos frutos serán mayores si la población se interesa por esta acción de cultura».
Tras varios años de crisis, el nuevo equipo de gobierno busca recobrar la esencia de la institución
El próximo 23 de agosto se cumplirán 90 años desde que se aprobara la creación de una Universidad internacional de Verano con sede en el Palacio de la Magdalena, germen de la actual UIMP. Para celebrarlo, la Universidad está preparando un programa académico y cultural específico, que permita conectar este pasado con el futuro, «dado que desde su fundación la UIMP ha buscado abrir caminos, estando a la vanguardia del conocimiento y la cultura».
La etapa que se abre en este 2022 conlleva, más allá de los actos y actividades especiales que ha comenzado a preparar el nuevo equipo de Gobierno a cuyo frente se halla el rector Carlos Andradas -especialmente tras el nombramiento de sus nuevos integrantes, caso de Francisco Matorras como titular del Vicerrectorado del Campus de Las Llamas y Coordinación de los Centros Docentes y de Investigación, con sede en Santander-, varios retos que confluyen en un objetivo: recobrar las señas de identidad de la UIMP, como 'universidad de universidades'.
El mandato de cinco rectores en apenas quince años ha coincidido con una pérdida de empatía social
Andradas, exrector de la Complutense, en un artículo que publica hoy en este periódico (ver Opinión), subraya la necesidad de que, al igual en aquella etapa fundacional de los años 30, la UIMP vuelva a ser «un espacio de convivencia intergeneracional e interdisciplinar que sirva de estímulo intelectual, especialmente, a los jóvenes, mediante el flujo de las ideas, la información y el debate libre y abierto que corresponde a una institución universitaria». A juicio del rector, esta institución posee el mayor patrimonio posible: su enorme prestigio que se ha ido conformando, a lo largo de estos 90 años, «con el paso por sus aulas de los más grandes artistas, literatos, científicos, políticos, capa a capa, haciendo de la UIMP un hermoso reflejo de nuestra historia reciente».
Contexto agitado
La celebración histórica, en cualquier caso, viene a coincidir con una crisis profunda de la institución agravada por la pandemia. La dimisión en septiembre de la rectora Luz Morán, tras un curso de verano convulso, no hizo más que ahondar en la existencia de necesidades no afrontadas, proyectos postergados, un contexto universitario pleno de cambios y un modelo de universidad de verano necesitado de regeneración. Pocos días antes de su marcha la rectora, en una entrevista concedida a El Diario, expresaba una sentencia contundente: «La UIMP tiene que cambiar si no quiere acabar siendo absolutamente irrelevante». En perspectiva varios desafíos y problemas: Tratar de mantener y aumentar los patrocinios, consolidar la reforma y reorganización de la gestión interna. Los déficit de personal, la necesidad de un estatuto actualizado al presente y la mayor integración social.
En apenas quince años la UIMP ha contado con cinco rectores, y la pérdida de conexión con la sociedad ha sido paralela.
Las decisiones deberán hacer frente a un modelo de universidad de verano que necesita reinventarse
El plazo de presentación de proyectos para los Cursos de verano en Santander, en el estreno de Andradas como mandatario, concluye el próximo 1 de febrero. La UIMP prepara un programa académico y cultural específico, «que permita conectar este pasado con el futuro», dado que desde su fundación la UIMP ha buscado «abrir caminos, estando a la vanguardia del conocimiento y la cultura». 'Anticipando el futuro' es el lema elegido.
La UIMP valorará de forma especial cuestiones que impliquen, «desde una visión integradora e interdisciplinar, una reflexión sobre el estado actual de la ciencia, la política, el derecho, la economía, la sociedad, el arte y la cultura, en España y en su conexión con el mundo, permitiendo identificar las tendencias que, conectando con el pasado, ofrezcan una visión de futuro, con la mirada puesta en el centenario de la UIMP».
El antecedente histórico del 75 aniversario
La reflexión sobre la Universidad y las nuevas tecnologías; internet y sus nuevos desafíos; y el nombramiento como nuevos rectores honorarios de Raúl Morodo, José Luis García Delgado y Luciano Parejo, marcaron la celebración del 75 aniversario. Ya entonces la conmemoración servía para «repensar el notorio capital simbólico acumulado por la UIMP en su historia», y destacar el vínculo esencial con la sociedad santanderina. Benito Madariaga, erudito y cronista, recordaba el discurso inaugural del primer rector Ramón Menéndez Pidal: «La ciudad de Santander se sumó desde el primer instante (...) a nuestra obra». Y el historiador, además, subrayaba cómo existió, desde el principio, «una intercolaboración entre las autoridades de la ciudad y las de la Universidad».
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