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Parte trasera del Palacete Cortiguera, en la calle dedicada al maestro y periodista Jesús Revaque Garea.

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Parte trasera del Palacete Cortiguera, en la calle dedicada al maestro y periodista Jesús Revaque Garea. Roberto Ruiz | Román San Emeterio

El Palacete Cortiguera se cae a pedazos

Santander ·

El añoso inmueble, de 1888, recibe a los primeros arquitectos que optan a su reforma y ampliación | Fomento invertirá 1,1 millones en el edificio, que será cedido a la ciudad para ubicar un museo de historia local y la sede de Santander Creativa

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Miércoles, 27 de junio 2018, 07:09

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Los materiales con que se construyó eran de tal calidad que aún se mantiene en pie. Y en bastante buen estado. Parte de la fachada y su mirador fueron restaurados, hace siete años, y también parte del tejado para que dejase de filtrase el agua que ha causado importantes daños. Pero el Palacete Cortiguera, que en 2020 (si se cumplen los plazos), acogerá actividades culturales de Santander, necesita una importante restauración.

El concurso para restaurar y ampliar el edificio ha sido convocado por el Ministerio de Fomento y los arquitectos que optarán a dar una nueva vida al inmueble han comenzado a visitarlo. Lo que han encontrado son desconchones en los techos, cielos rasos caídos, piezas de la escayola de las estancias desprendidas y en el suelo y han podido comprobar «la belleza de algunas piezas, como los diferentes tipos de azulejos y las escayolas del techo. Está en muy mal estado, pero la reforma que se pretende no llega demasiado tarde para salvar el edificio», explica Román San Emeterio, miembro de la Junta Directiva del Colegio de Arquitectos de Cantabria.

Los arquitectos que visitan el edificio describen cosas interesantes. Como que la decoración del techo, con escudos de poblaciones de Cantabria con coronas de castilletes en salones de estilo neoclásico, no encaja con el estilo mozárabe del edificio. Sí hay estilo mozárabe en el último piso. «Quizá -dice uno de los arquitectos- es que no hubo coherencia en la decoración, o se hizo a propósito o, con el paso de los años, se reformó alguna de las plantas». No hay certeza.

Como dice San Emeterio, estoy seguro de que la zona alta del edificio, alrededor del lucernario, no estaba reservada solo a los criados, como se ha venido diciendo y era habitual en este tipo de residencias. Creo que el dueño de la casa, el doctor Cortiguera, se montó en esta zona un estudio, rodeado de luz natural. Eso sí, con gran despliegue de decoración y de columnas mozárabes».

La reforma plantea ampliar la planta baja en su parte trasera, hacia el jardín, y reconvertir las otras tres plantas en despachos, zonas de reuniones y aulas, pero conservando todos los elementos históricos.

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