El picudo rojo se extiende por El Sardinero
El Diario Montañés recorre esta zona de la ciudad, donde se concentran la mayoría de ejemplares afectados, «en torno a 30», tanto públicos como privados
Una vez que el ojo se acostumbra a detectarlo, es imposible dejar de verlo. Y en Santander, sobre todo en El Sardinero, es más que ... común la presencia del picudo rojo. El primer síntoma visible de esta plaga es la asimetría de la copa, que pierde su forma de 'bola' y alguna de sus palmas se apelmaza. El siguiente es la pérdida total de la forma de la copa, que pasa a parecer un paraguas. Y de ahí, las hojas empiezan a ponerse marrones hasta que la planta muere. Pero, ¿tiene remedio? El Ayuntamiento trata todas las palmeras que son de su propiedad con tratamientos anuales pero, aún así, el avance de la plaga es evidente. Hay ejemplares afectados en los Jardines de Piquío, en el entorno de la Plaza de Italia, en el Intercambiador de El Sardinero... Pero también hay muchas afectadas en fincas privadas. «Sin una planificación global que trate a todas las palmeras del municipio, es imposible parar la epidemia. Solo en El Sardinero hay en torno a 30 en las que sea visible la presencia del picudo rojo», lamenta Aurelio González de Riancho, del grupo de defensa del patrimonio Alceda, quien guía el recorrido por las palmeras afectadas.
Llaman la atención dos que hay en los Jardines de Piquío. El avance de la plaga en ellas es evidente y sus copas empiezan a aplastarse, aunque aún no tienen forma de paraguas. «Ha avanzado mucho en pocos meses. Cuando hace calor, el picudo puede acabar con la palmera en poco tiempo», explica González de Riancho, quien apunta que, a principios de este año, la presencia del escarabajo apenas se apreciaba –a simple vista– en El Sardinero, aunque el insecto ya podía estar excavando sus túneles por el interior de estas plantas. El foco, considera este experto en patrimonio que sigue de cerca el avance de la plaga en Santander, está en una finca privada cercana al Hotel Colón. Justo detrás del edificio, una palmera con forma de paraguas está totalmente seca.
1 /
Cerca de allí, al lado de la Plaza de Italia, hay dos que llevan tiempo deteriorándose. Sin embargo, en una de ellas, están empezando a brotar hojas nuevas. Un hilo de esperanza. «Y están saliendo en la que estaba peor. Aunque las palmeras tengan signos de picudo rojo, el tratamiento puede revertir la situación si aún no es extrema», continúa González de Riancho, quien insiste en la importancia de que se traten también las palmeras ubicadas en fincas privadas. «De alguna forma, la administración tiene que velar porque también los particulares traten sus palmeras. Si no, no sirve de nada. Son como las personas; si una se vacuna pero varias no, la enfermedad sigue propagándose». Al otro lado del Casino, al inicio de La Cañía, también hay palmeras con signos de la plaga y junto al Intercambiador de ElSardinero, en una hilera de ellas, alguna ha perdido su forma simétrica. En el ámbito privado, una de las que tiene el Hotel Santemar está totalmente podada, un 'remedio' que no soluciona la presencia del picudo rojo, que crea túneles dentro del tronco.
González de Riancho pide un plan global que trate todas las palmeras; públicas y privadas
El Ayuntamiento aplica tratamientos desde 2022, aunque no evita el avance en algunos ejemplares
En la Quinta Labat, que hasta 2019 perteneció al Gobierno de Cantabria, las dos palmeras que hay están al borde del colapso. Aunque el Ejecutivo regional vendió el palacete hace ya seis años a una empresa, esta aún no ha iniciado ningún tipo de obra en la finca, que está totalmente deteriorada –tanto el edificio como el terreno–. Y cerca de allí, en el Alto Miranda, la iglesia de los Redentoristas tiene cuatro ejemplares en su finca a las que han retirado las palmas por su mal estado. «Habría que informar a los particulares sobre la plaga y cómo tratarla, porque la gente no tiene por qué saber qué es y algunos piensan que podándolas se soluciona». Ahora que se acercan las temperaturas bajas, González de Riancho señala que el avance del picudo «se ralentiza». «Cuando hace bueno, desde que se aprecia la presencia del picudo hasta que la palmera está ya como un paraguas, pasan pocos meses. Pero cuando llega el invierno, parece que iverna y el deterioro se paraliza», explica.
Tratamientos al día
Como explican desde el Ayuntamiento, desde que se detectó la presencia del picudo rojo en Santander en noviembre de 2022, la totalidad de las palmeras de titularidad pública han sido sometidas a «un riguroso programa de tratamientos fitosanitarios». Los primeros trabajos se iniciaron en 2023 y han mantenido una continuidad hasta la fecha, combinando diferentes técnicas de control de la plaga. En enero de 2025 se aplicó la sexta ronda de tratamiento con nematodos, mientras que en abril del mismo año se llevó a cabo la segunda ronda de endoterapia, un método que permite la aplicación de productos fitosanitarios directamente en el sistema vascular de la palmera. Además, cuando la plaga es muy evidente en algún ejemplar, se aplica un tratamiento intensivo mediante ducha fitosanitaria directamente sobre la copa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión