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En el bar La Flor de Cantabria, en la calle Isaac Peral, en Santander, nadie habla ya del suceso del pasado sábado, cuando un joven apuñaló a dos personas que se encontraban en la calle tomando una copa ... . «Es una pena que pasen estas cosas porque la gente aquí es muy tranquila, de verdad», cuenta Fernando Pelayo, propietario del establecimiento frente al que sucedió todo. «Se encontraban en la calle, tranquilamente, cuando vino esta persona, que no suele venir por aquí, y les atacó sin mediar palabra», explica.
Según los testigos el joven se encontraba bajo los efectos de algún tipo de sustancia estupefaciente. «Apareció por aquí y lo primero que hizo fue empezar a incordiar a esta gente. Los molestaba sin parar. Les hablaba, los empujaba, etc», relata Pelayo, que contemplaba la escena desde el interior del establecimiento. «Los otros, cuando se vieron muy molestos, le empujaron un poco para que se alejara y no les molestara más, y es cuando él se enfadó, sacó un arma blanca y los atacó».
Más que el susto, los presentes cuentan que fue peor el disgusto. «No temimos por la vida de nadie ni vimos que la herida fuese mala, pero sí que es verdad que era aparatosa y sangraba. Uno de los heridos entró en el bar con la mano en el pecho, tapando el sitio justo donde le había pinchado. No sé si le llegó al pulmón». Fue el que salió peor parado, el que ingresó en la UCI y que ahora ya se encuentra fuera de peligro. «El otro estaba bien, eran heridas superficiales». Llamaron de inmediato a emergencias y trasladaron a ambos al hospital en medio del estupor de los vecinos, y poco antes de que la Policía Nacional detuviera al agresor, que ha ingresado en prisión.
Los vecinos denuncian la «inseguridad» que hay en la calle, alrededor de este establecimiento de hostelería junto al que se han dado otros episodios similares. En septiembre de 2023 un hombre de 29 años recibió una puñalada en el estómago en es mismo punto. «No es la primera vez que pasa», recordaba una mujer desde su portal, justo al día siguiente del suceso. «Y como la policía no tome cartas en el asunto, tampoco va a ser el último».
Fernando Pelayo limpia la máquina de café y seca los vasos. Comenta que lo peor es la gente que viene «colocada» o «borracha». Lo peor son las madrugadas de los fines de semana. «Estoy tomando la determinación de cerrar antes. Si la noche se terminaba a las tres ya hace tiempo que termino a las dos, y a partir de ahora todavía antes, porque lo peor son las madrugadas, es cuando aparece la gente más perjudicada y hace cosas como esta», justifica el dueño de La Flor de Cantabria.
Más presencia policial
Lo que todos los vecinos dicen, y que el propio Pelayo suscribe, es que es preciso que haya más presencia policial en la calle. «Será bueno, que vengan, cuanto más mejor», afirma. Sobre todo teniendo en cuenta que, de cuando en cuando, se dan episodios de estas características. «Lo que tiene que quedar claro es que en el bar los clientes son tranquilos. Que las dos víctimas de este suceso estaban tomándose la copa tranquilamente cuando apareció esta persona y las apuñaló sin apenas mediar palabra. Que no se puede estigmatizar a un barrio ni a un bar por lo que hace uno solo que está mal y que el resto de la gente, por lo general, viene aquí a pasarlo bien y a estar tranquila», matiza el dueño del establecimiento.
Otros locales de la zona, como El Cubano y El Clandestino, están adelantando la hora de cierre. Todos opinan que es la mejor solución contra este tipo de altercados que se producen los fines de semana cuando llegan las altas horas de la madrugada. «Es la mejor manera de ahuyentar a esta gente que muchas veces viene muy drogada, o muy borracha y que no sabe muy bien lo que hace, hasta el punto de que llega a ser peligrosa».
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