
Antonio Cruz y Antonio Ortiz Arquitectos
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Antonio Cruz y Antonio Ortiz Arquitectos
«A Santander la construye su geografía, es lo que más nos gustó comprender»Tienen aversión a la solemnidad. Defienden una arquitectura de «síntesis y rigurosa» y confiesan que en sus edificios prima lo científico frente a lo ... azaroso y contingente. Su proyecto de transformación de la antigua sede del Banco Mercantil, el inmueble de 1900 del arquitecto Casimiro Pérez de la Riva en Hernán Cortés, se ha plasmado en la nueva sede territorial del Banco Santander. Antonio Cruz y Antonio Ortiz, el estudio de arquitectura sevillano, han desarrollado desde los años setenta proyectos en multitud de terrenos y a muy diferentes escalas: desde viviendas unifamiliares o escuelas, hasta grandes infraestructuras como estadios, estaciones ferroviarias o museos nacionales. Desde 2002 Cruz y Ortiz cuentan con oficina estable en Amsterdam y desde 2020 en Lugano, más un estudio asociado en Madrid. El estadio de La Cartuja y la Estación Central de Ferrocarril, ambos en Sevilla, el New Rijksmuseum de Amsterdam y el Wanda Metropolitano, estadio de fútbol del Atlético de Madrid, son algunas de sus intervenciones más celebradas. Ambos lideran el diseño, el desarrollo y la supervisión de cada proyecto desde la etapa conceptual inicial hasta su conclusión.
-En la ingente y variada tipología de proyectos abordados por su estudio, ¿qué representa el edificio recién inaugurado?
-Es un edificio que puede ser incluido en varias categorías, es, al mismo tiempo, una restauración de sus fachadas, una remodelación de sus interiores, un edificio de oficinas... Pero también contiene zonas abiertas al público, no solo para los clientes del Banco Santander, lo que le dota de un carácter próximo a un edificio público. En realidad, el trabajo ha consistido en una restauración respetuosa del exterior y en la remodelación integral del interior, pero manteniendo siempre las características más interesantes del antiguo edificio.
-¿Cuáles han sido los desafíos de la actuación?
-Nos hemos enfrentado a problemas técnicos, tanto desde el punto de vista de los aislamientos térmicos o de la incorporación de nuevas instalaciones, como estructurales o acústicos. El edificio ha sido elevado de rango medioambiental y actualizado en todos los aspectos técnicos. Y todo ello no ha sido fácil en un edificio del que se han conservado en buena medida estructura y fachadas. Vale la pena recalcarlo.
-Desde un punto de vista profano da la sensación de que se ha tratado de integrar la apuesta por la modernización sin borrar del todo las huellas histórica....
-En efecto, la arquitectura, los edificios, mantienen una relación con el tiempo que no afecta de la misma forma a otras actividades más o menos artísticas. No siempre es suficiente un mínimo retoque o una restauración pura, a veces, los edificios tienen que modificarse para adaptarse con éxito a los nuevos tiempos. El original ha cumplido ya 120 años de vida. Esperemos que con esta intervención quede actualizado por un periodo de tiempo considerable.
-¿La intervención en la fachada ha sido el principal reto?
- Creemos que no, la restauración de la fachada ha sido laboriosa y cuidadosa, pero era un reto más bien técnico y estaba desde el principio entendido que el edificio debería seguir teniendo el mismo aspecto exterior tan significativo, con ese carácter de pequeña manzana con sus cuatro torreones en las esquinas. Creemos que el principal reto ha estado en su interior, en cómo mantener la estructura de columnas de fundición del edificio existente y adaptarlo a una situación completamente nueva. Se trataba de un edificio dividido horizontalmente en tres bandas, semisótano casi inaccesible, planta baja de uso bancario y plantas superiores originalmente dedicadas a viviendas. Ahora, se ha abierto verticalmente, de sótano cubierta en torno al patio: es el mismo y es otro al mismo tiempo.
-¿En toda intervención cabe siempre un espacio que propicia la comunicación?
-En este caso, la decisión de que el edificio contuviera espacios abiertos al uso ciudadano era una solicitud que el Banco Santander nos hizo desde el principio. Las dos plantas inferiores e incluso la planta superior son espacios que suman valor a la ciudad, no solamente a los clientes. Evidentemente, es bueno para el Banco, pero para la ciudad es muy beneficioso contar con nuevos espacios en lugares tan céntricos. Cuando uno está en la terraza del nuevo edificio y mira alrededor ve solo tejados. Sin embargo, una terraza puede ser un sitio extraordinariamente agradable en Santander, en distintos periodos del año. Nuevos usos que pueden ser apreciados a partir de ahora.
-¿Toda rehabilitación conlleva una destrucción, un sacrificio?
-No nos gusta pensarlo en esos términos. Es decir, el arquitecto, frente a un edificio que ha de transformar, tiene que actuar de una manera no demasiado alejada de la del cirujano que ha de operar. Ha de identificar qué partes están dañadas, qué parte es necesario mejorar y qué partes es importante proteger. No lo llamaríamos destrucción o sacrificio. Preferimos llamarlo transformación.
-¿Qué entienden por una arquitectura rigurosa?
-Podría ser aquella donde el sentido común siga siendo importante, donde impere el sentido del límite de hasta dónde se debe llegar. Construir aquello que sea necesario construir y solo aquello que se deba construir. Hoy se puede hacer casi todo, pero elegir lo que se debe hacer frente a lo que no, forma parte de ese rigor, de esa exigencia de la proporción y el límite.
-¿Cuál es el peso de la tradición en su arquitectura?
-Nadie empieza nada a partir de cero, es decir, siempre se debe dar una continuidad o al menos, establecer una relación con lo ya existente. No somos nunca los primeros, y mucho más si se trabaja sobre un sector históricamente consolidado. En estos casos, somos los últimos en llegar y es mejor intervenir en voz baja. Esa sería una manera de entender el peso del pasado.
-Tras el suyo, en Santander coinciden ahora varios proyectos en construcción que se suman al Centro Botín de Renzo Piano. ¿Qué retrato arquitectónico hacen de Santander?
-Lo que más llamó nuestra atención de Santander es la geografía. Es una ciudad del norte, pero orientada al sur, a la bahía, que se prolonga casi interminablemente hacia el Sardinero y hacia el mar. A Santander la construye su geografía, y creemos que es lo que más impresiona y lo que más nos ha gustado comprender.
-La pandemia, ¿en qué medida ha influido en la arquitectura?
-En un sentido continuista. Uno de los principales retos de lo que llamamos arquitectura moderna, la que se inicia en las primeras décadas del siglo XX, era la higiene. No olvidemos que tras la primera guerra mundial se produjo una gran pandemia y fueron muy importantes edificios de uso sanitario, o bien edificios escolares, con una búsqueda obsesiva de la higiene. También en la vivienda se buscó la iluminación y la ventilación. Todo este tipo de circunstancias fueron decisivas frente a unas arquitecturas, las del XIX, más herméticas. Cuando ahora se reclaman espacios más abiertos, más terrazas, más ventilación, entendemos que se nos está pidiendo que enlacemos con aquellas características que fueron tan importantes en el nacimiento de la propia arquitectura moderna.
-¿Puede darse por finiquitada la figura del arquitecto estrella?
-Se han cometido excesos y esto mueve el péndulo hacia el otro extremo. Ser lo que se suele llamar un arquitecto estrella no es tan fácil. Debe ser alguien capaz de tener un lenguaje propio, muy reconocible y esto es algo que no todos pueden hacer. Pero el problema son siempre los límites. La elección del arquitecto adecuado para el edificio que se pretende construir es algo decisivo y no digamos el control del proceso. Nadie, ningún arquitecto tampoco, debe de estar por encima del escrutinio que la sociedad tiene que ejercer sobre cualquier actividad. Además, los errores en este terreno pueden ser muy caros o peor aún, durar mucho tiempo.
-Con perspectiva, ¿en qué trabajan ahora en España y en el contexto europeo?
-En Madrid, estamos próximos a comenzar un edificio para el ministerio de Hacienda. En Sevilla se está ya construyendo la adaptación para hotel del antiguo convento de San Agustín. Fuera de España estamos trabajando en Lugano, en un complejo deportivo con estadio, pabellón... Y en Holanda seguimos activos, continuamos trabajando para el Rijksmuseum y tenemos encargos holandeses de oficinas o viviendas para promotores privados.
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