«El trabajo del periodista es distinguir la verdad de la mentira y lo sustancial de lo accesorio»
Jorge Bustos emite este martes desde el Palacio de Festivales, junto a Alberto Herrera, el programa matinal 'Herrera en Cope'
El periodista y escritor Jorge Bustos (Madrid, 1982) intervendrá este martes en el programa 'Herrera en Cope' desde el Palacio de Festivales de Santander, donde ... el comunicador, que se declara un enamorado de la 'Tierruca' y del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, ya que «conozco a los osos casi por su nombre», hablará de la actualidad política, con el objetivo de «desenmascarar a los impostores». «Hay polarizadores que confunden conscientemente y nuestro deber es señalarlo», señala este lunes a El Diario Montañés desde el aeropuerto de Barajas a media hora de coger un avión con destino al Seve Ballesteros.
-Viene a Santander a emitir 'Herrera en Cope' desde el Palacio de Festivales. Su cadena siempre ha apostado por acercar la radio a los oyentes, ¿por qué lo hacen?
-Si nos quedamos solo en Madrid limitaríamos mucho el alcance del mensaje, pero sobre todo, la respuesta del oyente. No tiene nada que ver hacer radio en un estudio, que está muy bien porque es la oficina de todos los días, con la oportunidad de poder sacar el programa de gira. Al hacer un programa en directo puedes ver la reacción de la gente y que lo que estás haciendo tiene un impacto directo, porque miras las caras del público después de un análisis, una afirmación o una gracia. Es como subirse a las tablas de un teatro. Este año estamos haciendo una nueva fórmula a tres voces, junto con Carlos y Alberto Herrera, en la que vamos por diferentes zonas de España.
-Y la actual parada en el camino es Cantabria. ¿Conocía la comunidad?, ¿Qué le parece semejante escenario para su programa?
-Sí, claro que la conozco. He estado muchas veces en Comillas, Santillana y San Vicente de la Barquera, entre otros lugares. Pero de toda la comunidad, a Santander la tengo mucho cariño y la conozco muy bien. Hace unos pocos meses presenté en la ciudad mi último libro 'Casi' (Libros del Asteroide, 2024) junto a la alcaldesa, Gema Igual. Sobre el Palacio de Festivales, -donde se emitirá el programa-, he de confesar que no lo conozco. Sí que he estado en el Centro Botín, donde hace un par de años participé en unas jornadas. También he hecho programas en Potes, en el monasterio de Santo Toribio, por el Año Jubilar Lebaniego, que estuvo absolutamente genial. Esperamos que la acogida de este martes en Santander sea muy buena, porque nos hace mucha ilusión ir a Cantabria.
-¿Qué temáticas va a introducir en el programa en su paso por Santander?
-A mí me toca la parte más informativa y de actualidad. El momento actual es de una enorme intensidad política en España, con escándalos judiciales y tensión permanente, en el que cuesta distinguir la propaganda de la realidad, y ese es mi trabajo. El periodismo es distinguir la verdad de la mentira y lo sustancial de lo accesorio. También en el programa tendremos un escenario internacional muy importante, con la posible paz en Oriente Próximo.
-¿Y habrá voces locales, temáticas regionales o algún invitado específico de la comunidad?
-Estará Marta San Miguel -escritora, periodista y columnista de El Diario Montañés-, que es uno de mis fichajes para esta nueva temporada de los que más orgulloso estoy. Ella se encarga de la sección Traficantes de Palabras, una columna diaria que se emite todos los días en torno a las 6.45 horas. También otro de los protagonistas con toque cántabro será Rulo. Para mi generación este cantante es un referente que está a la altura de los más grandes. Le he seguido por toda España cuando estaba en La Fuga y me hace especial ilusión que este martes esté con nosotros. Con él conversará Alberto Herrera, que hace unas entrevistas en profundidad que te sacan siempre el pellizco y en las que la emoción se siente a flor de piel. Va a ser un día muy especial en el que el oyente disfrutará mucho, porque se va a celebrar la radio y la vida en Cantabria.
-Da el salto a las mañanas de Cope con Herrera. ¿Qué supone para usted este cambio?
-Es un cambio radical, pero a bien, aunque haya algunos sacrificios como levantarme muy, muy pronto y acostarme también muy pronto, uno acepta ese desafío con una enorme ilusión y muchas ganas. Pero sobre todo, también con responsabilidad. Cuando te llama Carlos Herrera para estar a su lado en el programa, que es un emblema y el buque insignia de la cadena, no te lo piensas y dices que sí. Lo único que haces es rezar para estar a la altura. Carlos Herrera es una leyenda viva de la radio y es una oportunidad para aprender. Yo vengo del periodismo escrito, del periódico El Mundo donde era el subdirector y hacía columnas, y creo que es bueno traerse a la radio la escuela del papel. Ahí aprendes toda la síntesis y el análisis de las noticias. Ahora en la radio, las primeras reacciones están siendo buenas y mi cuerpo aguanta bien los madrugones. Lo único que me fastidia un poco es que no pueda ver completos los partidos de Champions del Real Madrid porque ya en la segunda parte me tengo que meter en la cama (ríe). Salvo eso, estoy muy contento y súper ilusionado.
-Pese a que se escucha que la radio generalista en España está destinada a desaparecer, este canal ha alcanzado cifras históricas los últimos meses. ¿Cómo valora la salud de este medio?
-La radio está gozando de un excepcional momento de salud. El apagón de este año demostró que era imprescindible y dejó imágenes de gente arremolinada en un coche escuchando un viejo transistor para poder informarse de lo que está ocurriendo en tiempo real. Este medio es calor y compañía. Tu voz se convierte en un miembro más de la familia. La gente se levanta con la radio, se ducha con la radio, conduce con la radio, hace deporte con la radio… Consigues convertirte en una parte imprescindible de la rutina personal del oyente.
-También se observa un crecimiento del consumo digital de este medio con streaming y podcast, entre otras modalidades. ¿Cómo afronta Cope esta transformación tecnológica?
-La cadena tiene un departamento que mide el streaming en tiempo real. Pero luego está el EGM (Estudio General de Medios) que premia la marca personal y la popularidad de la casa y del comunicador. Este es el verdadero reto, porque el EGM es un examen trimestral que marca la tendencia que hay que tener en cuenta. Para mí eso es algo nuevo. Lo respeto mucho, pero sin obsesionarme.
-Sobre el periodismo en la actualidad, los diferentes formatos se cruzan. Es decir, los periódicos producen podcast y las radio tienen webs con noticias escritas y también puedes seguir su programación por vídeo. ¿Esto beneficia a la profesión o cada registro pierde su esencia?, ¿cómo lo valora?
-La tecnología y su revolución impone una adaptación que requiere de esfuerzo. Ya es impensable el viejo redactor que solo escribe editoriales o que está especializado en una sola cosa y no le pongas en radio o televisión porque titubea. Tenemos que ser multimedia y los periodistas del siglo XXI ya no pueden permitirse el lujo de encerrarse en un solo registro. La sociedad pide periodistas que estemos en todos los soportes a la vez. Hay que participar de todos los lenguajes posibles para multiplicar el mensaje y eso yo lo he vivido con naturalidad desde hace años. Aunque no tiene nada que ver el lenguaje radiofónico con el televisivo o el de la prensa. En cada uno se trabaja de manera diferente.
-En los últimos años se está hablando mucho de la polarización política en España. ¿Cómo afronta este complejo escenario a la hora de plantear y desarrollar su labor?
-La polarización en España no es casual, sino que es fruto de la atmósfera digital. La gente en redes sociales premia los mensajes más estridentes. Y para hacer ruido, la gente miente, exagera, difama o calumnia y eso enturbia el periodismo. El periodismo es una cosa muy sencilla que consiste en contar la verdad. En esforzarse por encontrarla, contrastarla con diferentes fuentes y enjuiciarla con la máxima ecuanimidad posible. Ahora hay mucha gente que cuenta mentiras y tiende cortinas de humo ante lo fundamental que está pasando para confundir a la sociedad.
-¿Alguna solución?
-Frente a ello, el periodismo clásico tiene que desenmascarar a los impostores. Hay polarizadores que confunden conscientemente y nuestro deber es señalarlo. A veces hay que hacerlo con pasión. Yo me indigno en el micrófono y me cabreo, porque están pasando cosas que son graves. A mí lo que no me gusta es la gente que me dice que no polarice y no crispe, pero es que te están robando tu dinero en tu cara. Contra un escándalo hay que protestar. Ojalá que la sociedad civil, y el periodismo está para despertarla, nunca se acostumbre a la corrupción ni mentira. No hay que normalizarlo, porque no todo vale. Hay una situación en España de deterioro institucional muy evidente y creo que la sociedad pide a gritos la apertura de una nueva etapa, porque ahora estamos en los últimos minutos de la basura de este periodo político que debe dar paso a otro en cuanto antes.
-Cuando habla de etapa finalizada, a qué se refiere: ¿al Gobierno central o la política en general?
-Hablo en concreto del Sanchismo, y este como una metáfora de hacer política basada en la polarización, en los buenos y malos, en el enfrentamiento y en la guerracivilismo. Eso es justo lo que tiene que desaparecer. No va a ser fácil, porque si la alternativa se basa en hacer lo mismo pero en sentido contrario, no avanzamos nada.
-¿La oposición está a la misma altura?
-Sí. Lo que yo pienso es que este país necesita una actualización del pacto constitucional y volver a buscar consensos en lo fundamental para que España pueda afrontar los desafíos que tiene encima de la mesa y llegar a acuerdos. Hay que dejar de penalizar que acordar con el diferente sea una rendición al mal. La política se supone que es el arte de la negociación. Ahora hay un muro que está dividiendo a la sociedad, aunque tengo esperanza de que en España podamos salir de este hoyo.
-¿Qué importancia tiene la lucha contra las noticias falsas?
-Cuanto más se desarrollan las noticias falsas, más se impulsan también los detectores y las alertas ante ellas. Los jóvenes están muy acostumbrados a detectar el bulo, porque han nacido en el entorno digital. En cambio, por ejemplo, mi padre es más vulnerable a las trolas que le llegan a su móvil. Ahora se miente como nunca, pero también estamos preparados a ese lenguaje. Hay más prevención, cautela y escepticismo a la hora de recibir según qué mensajes. Cuando llega un titular sospechoso uno siempre pregunta si es verdad. Y antes de publicarlo, hay que comprobarlo y contrastarlo. Eso es el 'abc' del periodismo.
-Está en prensa escrita y en la radio. ¿Sigue también en televisión?
-Hace tiempo estuve con Ana Rosa Quintana en Telecinco y con Antonio Ferreras en La Sexta, pero es que ahora no me da la vida para seguir en televisión. Siempre he hecho tertulia política, pero ya no tengo tiempo. Con la radio y el periódico voy sobrado y ya es más que suficiente. También me muevo por redes sociales, donde subo contenido personal. Hay que atender todos los frentes mediáticos, y por eso no descarto seguir publicando libros. Ahora, como estoy, soy feliz y espero seguir con todo este trabajo.
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