Los vecinos del Ensanche piden limitar las terrazas de Santander hasta las doce en fin de semana
La asociación ha presentado un documento al equipo de gobierno del PP que incluye que se instalen sonómetros homologados para controlar el ruido y que se pinte el perímetro que deben ocupar los espacios exteriores
El Ayuntamiento de Santander ha ido retrasando la modificación de la Ordenanza de Terrazas, anunciada a principios del año pasado por la alcaldesa, Gema Igual. ... Lo último que se dio a conocer es que el documento no iba a estar listo tampoco este verano y que hasta su aprobación aún quedaban, por lo menos, «cuatro o cinco meses». Según ha podido saber El Diario Montañés, está previsto que se presente «en el último trimestre del año», apuntan fuentes municipales. Mientras, la Asociación de Vecinos Pombo-Cañadío-Ensanche ha entregado esta semana al equipo de gobierno del PP, así como a los diferentes grupos políticos municipales de la oposición, un documento con propuestas concretas para incluir en la modificación del texto, entre las que se incluye que el horario máximo de apertura sea las doce de la noche durante el fin de semana, que el titular del negocio compruebe que no se rebasen los decibelios previstos en la normativa y que se instalen sonómetros homologados para controlar el ruido, entre otras medidas.
Lo que piden es que el horario máximo de apertura en invierno sea hasta las 23.00 horas; en verano hasta las 23.30 horas, y los fines de semana, hasta las 00.00 horas. En cuanto a las terrazas privadas de uso público, los vecinos proponen que estén abiertas hasta las 22.00 horas y los fines de semana, hasta las 22.30 horas.
Respecto al ruido, plantean entre otras actuaciones, que las terrazas se encuentren en zonas no ZAS (área urbana donde los niveles de ruido se mantienen por debajo de los límites establecidos por la ley); instalar sonómetros homologados o semáforos para control de decibelios; poder reducir el horario de apertura y el tamaño de la terraza, o cerrarla, si hay molestias al vecindario; prohibir aparatos de música y de televisión, y si el negocio tiene autorizada música en el interior, prohibir que instale terraza en el exterior.
Sobre la ubicación, desde la asociación solicitan que no se permitan en aceras de menos de 3,50 o 4 metros; que se sitúen siempre en el lado opuesto a la fachada y solo la longitud de la fachada del establecimiento. En cuanto a la distancia entre terrazas, deberá ser de dos metros; igual que el paso libre peatonal desde la fachada. Además, quieren que haya una sola fila de muebles con dos metros libres de paso a cada fachada. Tampoco quieren que se instalen terrazas en zonas ajardinadas.
Estas son algunas de las propuestas de la asociación, que también ha planteado sugerencias en ámbitos como la limpieza, mercancía, estufas (que quiere prohibir), toldos, soportales, estética y quejas ciudadanas. El objetivo que buscan los vecinos es contribuir «de forma constructiva» a la elaboración de la nueva normativa, «aportando una visión que tenga en cuenta las necesidades del vecindario y que favorezca un modelo de convivencia equilibrado entre la actividad hostelera y el derecho al descanso y a la salud». Y es que, añaden, esta iniciativa surge como respuesta a la «expansión insostenible» de las terrazas hosteleras en el Ensanche, un fenómeno que comenzó como una medida excepcional durante la pandemia y que, con el paso del tiempo, se ha convertido «en una ocupación desmedida del espacio público».
«Pese a que la alcaldesa de Santander ha prometido en varias ocasiones a lo largo de la legislatura la modificación de esta ordenanza, la actualización de esta normativa todavía no se ha materializado», lamentan desde la asociación, que insisten en la necesidad de que este compromiso «se concrete cuanto antes para dar respuesta a una demanda vecinal ampliamente compartida».
Comparativa con otras ciudades
Ante esta situación, han ido más allá y han realizado un análisis comparativo de ordenanzas municipales de todas las capitales de provincia y de ciudades de más de 120.000 habitantes. Entre las tendencias más recientes destacan aquellas que promueven «una gestión más cuidadosa del ruido», así como una «protección reforzada» de la salud y el descanso vecinal».
«Con este trabajo buscamos aportar soluciones y experiencias contrastadas que contribuyan a una ordenanza equilibrada, justa y beneficiosa para toda la ciudad. Entendemos que la salud, el descanso y la convivencia deben estar en el centro de la regulación, sin dejar de reconocer la importancia de la actividad económica». Y añaden: «La asociación reafirma así su voluntad de colaborar con las instituciones municipales en la construcción de una normativa moderna, eficaz y respetuosa con los derechos de todas las partes implicadas, concluye.
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