La Avenida de Solvay «respira» tras la apertura de la carretera Viveda-Duález
Los vecinos de Barreda celebran el «desahogo» del tráfico en este vial, uno de los más congestionados de la comarca con picos de 22.000 coches diarios
«Vaya si se nota». La inauguración la semana pasada de la carretera entre Viveda y Duález, una promesa histórica para poner solución a la ... congestión del tráfico en Barreda, sigue dando de qué hablar en los cafés de primera hora y los blancos del mediodía: «Normal»; «es que hemos esperado mucho»... En las últimas décadas, las hileras de camiones, coches y motos han sido una tónica demasiado habitual en la Avenida de Solvay, distinguida por soportar picos de 22.000 vehículos al día. Son datos de la Universidad de Cantabria (UC) obtenidos a instancias del Ayuntamiento de Torrelavega. Y parecen sacados de una autovía, pero no; salen de un vial que no llega a tres kilómetros, uno de los más congestionados de la comarca del Besaya y que, ahora, tras la inauguración del nuevo tramo de la CA-138 entre Santillana y Torrelavega -«al fin nos han hecho caso», decía un vecino ayer por la zona-, «respira mucho mejor». Se nota. «Notar se nota», «y más que se va a notar», «en verano será la prueba de fuego», alternaban ayer hosteleros, trabajadores de paso echando un café rápido y vecinos de la zona en general.
Respira, pero no es ninguna balsa de aceite. Por la carretera nacional N-611 siguen circulando muchísimos turismos y vehículos pesados todos los días. Ayer, temprano por la mañana y al mediodía, las horas punta seguían haciendo honor a su nombre, dando lugar a las hileras de vehículos uno tras otro. Con carretera nueva o sin ella, los colegios -como El Salvador y el Manuel Liaño- siguen ahí, movilizando a cientos de familias de lunes a viernes. Eso no cambia.
Y estas suponen solo una porción de los conductores que todavía optan por este vial para moverse por la zona. También siguen circulando por aquí infinidad de vehículos pesados, de empresa y trabajadores en general, desde primera hasta última hora del día. El nombre de la Avenida de Solvay no es solo un recuerdo del pasado industrial de la comarca y sigue muy presente en forma de un intenso tráfico. Este, además, coincide con el flujo de aquellos que deciden repostar en Barreda. Las dos gasolineras también mueven gente.
Los vecinos de Barreda celebran la reducción del tráfico en el pueblo gracias al nuevo vial
El enlace abierto hace diez días ha costado tres años de obras y 9,5 millones de euros de inversión
Manuel Ortiz, histórico veterano del asociacionismo en Barreda y en Torrelavega, ha sido testigo diario del tráfico que soportaba la avenida durante los últimos años. Las cosas han cambiado estos días. Con la inauguración de la carretera Viveda-Duález, el desahogo que ha experimentado la arteria fundamental del pueblo se ha vuelto evidente.
Y eso es algo que percibe él y que le han hecho llegar también los vecinos de Barreda. «Hemos estado observando y hay una diferencia bastante importante. La gente lo nota. Está carretera es un lujo», declara Ortiz, «muy contento» del «éxito» y los resultados de la nueva variante en solo una semana. «En verano se notará aún más. La gente la está aprovechando y pasan muchos coches», incide.
Y si han circulado ya por la nueva carretera lo han notado. Parte muy importante del tránsito se despeja ahora a través del nuevo trazado entre Santillana y la capital del Besaya. Los famosos 22.000 coches que circulaban por Barreda hasta ahora se separan y no coinciden todos en un único vial. Esa es la razón por la que fue contemplada hace muchísimos años la carretera Viveda-Duález y entró en el baúl de los compromisos del Gobierno de Cantabria. Transformar esa promesa en una realidad ha costado unos tres años de obras y 9,5 millones de euros finalmente.
A partir de ahora, la Consejería de Fomento se propone mejorar todavía más esta zona de la red viaria con un nuevo tramo entre el final de esta, en Duález, y Ganzo, por otros 5 millones de euros. De momento, esta segunda actuación avanza lentamente en los despachos y con un problema sobre el terreno que puede frenar los plazos marcados: la contaminación de los suelos de Sniace.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión