El Barrio Covadonga alerta de una «invasión» de chinches apestosas
Desde el Ayuntamiento de Torrelavega descartan de momento la fumigación y esperarán al invierno con la esperanza de que el frío acabe con el insecto de forma natural
Es una «invasión total», como definen los propios vecinos y representantes del barrio. Y el bicho ya estaría identificado. Se trata de un insecto popularmente ... conocido como chinche hedionda o apestosa, por el olor de la sustancia que desprenden como mecanismo de defensa al ser molestado. No pica, pero en el Barrio Covadonga cada vez más vecinos ya saben cómo es ese olor. «Es como una bomba fétida multiplicada por diez. Aún lavando la ropa, permanece. Es increíble», relata el portavoz de la Asociación de Vecinos del Barrio Covadonga, Sergio Gutiérrez, uno de los muchos que, desde hace meses -el problema ya le fue notificado al Ayuntamiento de Torrelavega en abril-, ha ido informándose sobre las características de esta especie, «de 1,5 centímetros, color marrón y procedente de Asia». Esa es otra conclusión a la que han llegado. No es de estas latitudes y, de hecho, asocian su aterrizaje a un fenómeno invasor como el de la velutina -avispa asiática- o el picudo rojo.
La experiencia de cómo lidiar con el bicho es escasa o nula. De momento, los vecinos del Barrio Covadonga están aprendiendo a sobrellevar esta situación y tratando de evitar la entrada de la chinche en el hogar. A tener en cuenta: el momento de tender la ropa o abrir ventanas en general. Este insecto vuela y puede abandonar una zona arbolada para buscar calor en una vivienda.
Los residentes del entorno del parque de La Barquera y de la calle Amancio Ruiz Capillas han sido, sin ir más lejos, algunos de los primeros en notificar la presencia de estos pentatómidos. Gutiérrez recomienda: «A la hora de abrir ventanas, hay que evitar tener armarios abiertos». Y es que, una vez dentro del hogar, «hay que hacer virguerías para sacarla. No es como retirar un mosquito normal».
La chinche hedionda está procreando a «gran velocidad» y, de hecho, no solo en Covadonga han alertado de su presencia. Diferentes vecinos han hecho llegar su testimonio al respecto desde Tanos, Barreda, otros puntos de la ciudad y también el municipio de Santiago de Cartes.
Ha pasado medio año desde que los representantes vecinales del Barrio Covadonga dieron la voz de alarma al Ayuntamiento de Torrelavega. Ya veían que el problema iba en aumento, pero las soluciones no han terminado de llegar. De hecho, desde el Consistorio aseguran que la capacidad de maniobra es escasa y que medidas como la fumigación «traería más contras que pros», atendiendo a la seguridad de los vecinos -ponen por caso a los niños, que podrían tocar una planta fumigada y llevarse las manos a la boca-. Siendo así, y entendiendo que «podría ser peor el remedio que la enfermedad», desde el Ayuntamiento optarán de momento por esperar la llegada del invierno, confiando en que el frío acabe con estas chinches.
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