El censo de locales comerciales vacíos de Torrelavega, anunciado hace casi dos años, nunca llegó a ver la luz
Anunciado en 2023 como clave para dinamizar el centro, no ha pasado de proyecto interno y pruebas preliminares
Cuando en noviembre de 2023 el Ayuntamiento anunció a bombo y platillo que pondría en marcha un censo de locales vacíos, muchos comerciantes pensaron ... que por fin habría una herramienta útil para dar salida a escaparates cerrados desde hace años. El plan era sencillo. En teoría. Un inventario digital, accesible desde cualquier ordenador o móvil, donde aparecieran datos básicos de cada espacio disponible -metros cuadrados, ubicación, contacto- para que emprendedores y empresas pudieran encontrar un lugar donde empezar.
El contrato se adjudicó a la empresa Gestidea Planificación y Desarrollo, con un presupuesto que rozaba los 17.500 euros y un plazo de ejecución de ocho meses. El concejal de Desarrollo Local, Jesús Sánchez, insistía entonces en que la idea no era «meterse» en el mercado inmobiliario, sino ofrecer información fiable y contrastada.
La Cámara de Comercio y la patronal Apemecac aplaudieron el proyecto. Su presidente, Miguel Rincón, lo definió como «una idea estupenda» que podía servir tanto para pequeños negocios como para grandes distribuidores, sobre todo en casos donde el propietario del local vive fuera y resulta difícil de localizar o contactar de forma directa.
La falta de datos oficiales obliga a los comerciantes a recurrir a sus propios recuentos de locales vacíos
Zonas como Consolación mantienen movimiento y otras calles sufren un estancamiento prolongado
En febrero del año pasado, el Ayuntamiento convocó a inmobiliarias y promotoras para enseñarles lo que describieron como un primer esbozo de la web. No estaba abierta al público, pero en la reunión se vieron apartados con geolocalización, buscadores y formularios. Se habló incluso de colaboración público-privada para mantenerla actualizada y evitar que se quedase obsoleta al poco tiempo de su lanzamiento.
Pasaron los meses y, pese a que en julio el equipo de gobierno volvió a referirse al censo como una pieza clave para dinamizar el comercio, la plataforma nunca se habilitó para su consulta. En paralelo, la concejala de Comercio, Cristina García Viñas, lanzaba un mensaje claro a los dueños de locales: bajar precios para animar las aperturas. «Mejor un local abierto con un alquiler moderado que cerrado indefinidamente», resumía.
En ausencia de datos oficiales, fue Apemecac la que puso cifras a la realidad. En 2024 se contabilizaron 472 locales sin uso: 40 en José María de Pereda, 20 en Julián Ceballos, 19 en Julián Urbina... La lista es larga y recorre buena parte del centro de la ciudad. Solo hace falta echar un vistazo a los portales inmobiliarios para comprobar que la oferta no decae.
Aun así, la foto no es uniforme. En calles como Consolación o Serafín Escalante, un cierre suele ir seguido de una nueva apertura. En Julián Ceballos, junto a la parada de taxis, se ha visto un repunte reciente. El caso contrario son tramos de la calle Carrera o Santander, con poco paso de peatones, o el lateral de la Plaza Mayor, donde abundan locales demasiado pequeños para proyectos rentables. También hay cierres por jubilación, como en el entorno de la Confitería Santos, que dejaron escaparates vacíos en puntos muy visibles.
El flujo peatonal influye, y mucho. José María de Pereda, una de las vías con más locales cerrados, es muy transitada por vehículos pero no por personas, lo que desanima a nuevos negocios.
El censo debía servir para medir el alcance del problema y, sobre todo, para centralizar la información y agilizar la búsqueda de espacios. Sin embargo, la herramienta no ha pasado de promesa. Y así, Torrelavega sigue dependiendo de recuentos privados y de la memoria de sus comerciantes para saber cuántos locales están realmente vacíos y qué opciones reales ofrece la ciudad para quien quiera invertir.
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