El Cristo de Mauro Muriedas enriquece el patrimonio de la parroquia de Tanos

«Esta parroquia y sus feligreses quieren manifestar su agradecimiento por serle concedido el honor de tener esta obra escultórica en su iglesia, no sólo para el culto, sino también para el disfrute de quienes deseen admirarla», señaló Casanueva. El párroco recordó también que la talla, hecha en madera y pintada de negro, fue definida de forma brillante por el crítico de arte Antonio Martínez Cerezo en un artículo publicado por El País en 1982: «Su Cristo no es una entelequia, ni una abstracción, ni siquiera una idealización de un hecho histórico; su Cristo no es aquel crucificado: es el crucificado de cada día, el hombre crucificando al hombre».

Luis Alberto Salcines, biógrafo de Mauro Muriedas, hizo de intermediario entre la familia y Casanueva. En una reciente tribuna publicada en estas páginas, Salcines daba a conocer la noticia y explicaba que el Cristo pertenecía a la colección que tenía en su casa el hijo del artista, Mauro Muriedas Echaves, presente ayer en la ceremonia junto a otros miembros de la familia. «Ahora -explicaba-, después de una pequeña restauración de los dedos de una mano, formará parte del patrimonio cultural de los torrelaveguenses».

Al Cristo se le ha añadido una sencilla cruz de un color más claro. Salcines recordaba que Mauro Muriedas hizo muchas imágenes religiosas y que a la ahora donada la llamaba el 'Cristo de los Mineros'. No hay que olvidar que el escultor trabajó hasta su jubilación en la empresa que explotaba la mina de Reocín (RCA). «De tres clavos, los brazos extendidos en uve, con el característico gesto de los personajes de Muriedas, las cabezas levemente humilladas», señala el biógrafo.

Mauro Muriedas nació en Barcenilla de Piélagos en 1908 y falleció en Torrelavega en 1991. Sobre todo fue escultor, aunque dejó también numerosas obras pictóricas. Es considerado como uno de los artistas cántabros más importantes del siglo XX. Trabajó en diversos oficios, pero fue de su padre de quien aprendió a trabajar la madera. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega, localidad a la que se trasladó a vivir siendo joven. También estudió en la Escuela de Bellas Artes de Madrid.

Los surcos de la gubia fueron su seña de identidad. La plaza de Nueva Ciudad y una sala de exposiciones llevan su nombre en Torrelavega. Al acto de donación y posterior misa en honor de la patrona de Tanos asistieron el consejero de Industria, Javier López Marcano, y varios concejales, entre otras autoridades. El presidente de la Asociación de Vecinos de la localidad, Fernando Gómez, también integrante de la comisión de fiestas, se sumó a las felicitaciones: «Estamos muy agradecidos al hijo de Mauro Muriedas por donarnos esta obra de su padre, para tenerla en la iglesia para disfrute de todos los vecinos». Lo mismo hizo su antecesor en el cargo, Amador Pérez: «Como taniegos nos sentimos muy orgullosos».

Como es habitual, a la misa en honor de la patrona, amenizada por el coro parroquial y la Agrupación de Danzas Virgen de las Nieves, le siguió la procesión por las calles del pueblo. Gómez realizó un balance de las fiestas muy positivo: «Hemos recibido muchas felicitaciones y ha habido mucha participación. Además, nos ha acompañado el tiempo». Los festejos de Tanos se encuentran entre los más populares de la comarca y de su organización se han encargado, por primera vez, una docena de asociaciones de la localidad.