Dos artistas pujan para crear el homenaje al autor de la traída de aguas de Torrelavega
Carlos Otal Ruzafa y Fran Querol optan al proceso para diseñar el tributo a Adolfo Ruiz de Rebolledo, tras ser excluida una tercera escultora aspirante
Dos escultores pujan para crear la obra en homenaje a Adolfo Ruiz de Rebolledo, el impulsor de la primera traída de aguas a Torrelavega. A un lado, el taniego Fran Querol; al otro, Carlos Otal Ruzafa, de Burgos y adjudicatario del proyecto para crear cinco esculturas de bisonte, igualmente enmarcado en el Plan de Sostenibilidad Turística (PST). La decisión sigue en el aire porque, aunque la oferta de este último es la mejor valorada, los técnicos le han requerido una justificación del precio de su oferta de 34.485 euros, que presenta una «desproporción» a la baja del 25% con respecto al presupuesto base de licitación. Si el autor la razona y la Mesa de Contratación da luz verde, será el autor de la escultura a Ruiz de Rebolledo; si no, el contrato se lo llevará el taniego Fran Querol y su puja de 44.365 euros. Había una tercera escultora interesada en la licitación, Marta Bujan, de La Coruña (Galicia), pero su oferta ha quedado excluida del proceso tras no alcanzar el umbral mínimo de puntuación en la fase de valoración.
Es uno de los muchos proyectos en los que el equipo de gobierno (PRC-PSOE) ha decidido invertir la subvención del Plan de Sostenibilidad Turística (PST), de cuatro millones en total. Con esta inversión, Torrelavega se propone recuperar el monumento y, con él, el tributo a un personaje clave para el desarrollo de la ciudad en aquellos primeros años del siglo XX. Su figura ya fue honrada con un monumento hace décadas, en la Avenida Menéndez Pelayo, inaugurado un año después de la muerte de Ruiz de Rebolledo (1907) y por encargo del entonces alcalde, Ramón Fernández-Hontoria, conde de Torreanaz, pero desapareció misteriosamente varias décadas después.
En los pliegos del contrato, el Consistorio da algunas pistas sobre cómo será este monumento. La escultura deberá contar con una altura aproximada de 3,20 metros, la cual podrá ser ampliada por el licitador en su propuesta en caso de que lo estime necesario; el resto de las medidas serán aportadas por los licitadores, en función de la altura de la escultura, teniendo en cuenta las proporciones y simetría.
El Ayuntamiento también marca algunas pautas de cara a la propia elaboración de la figura. La empresa adjudicataria deberá de realizar un modelado en tres dimensiones (3D) previo a la fase de fabricación, el cual deberá de remitir al servicio correspondiente para su validación. Esta es la razón por la que el Ayuntamiento de Torrelavega proporcionará imágenes digitales de la escultura, imágenes que pertenecen al Archivo-Hemeroteca y que serán claves para la realización de tal modelado 3D.
Natural de Tanos, Rebolledo es descrito en los artículos y la hemeroteca como un personaje ilustrado, inquieto y deseoso de incrementar sus conocimientos. Después de viajar a París y Berlín, regresó a Torrelavega para ejercer con éxito su profesión de oftalmólogo, materializando además aquí su deseo de dotar a la ciudad de una traída de aguas y paliar así los problemas de salubridad que padecía la población. Las buscó primero en las laderas del monte Dobra y después en el de Ibio, hallándolas finalmente en el paraje de San Cipriano. El doctor falleció en 1906, pero le dio tiempo a beber el agua de aquella red de suministro.
La historia del busto y su desaparición también ha quedado reflejada en la hemeroteca. José Antonio González Casares, exredactor jefe de El Diario, recordaba lo ocurrido en un artículo publicado en 2015. Al parecer, tras la desaparición del monumento, décadas después, el busto se guardó en almacenes municipales y después se ubicó en el parque Manuel Barquín, de donde también se retiró en 1995 para construir el auditorio: «Nunca se volvió a saber del mismo».