La Lechera muda su piel
Ayuntamiento y Gobierno negocian sobre la futura gestión del centro cultural y museo, con vistas a una administración conjunta y lo más eficiente posible
El característico color teja que ha distinguido a La Lechera en los últimos cuarenta años, desde que el edificio se reformó por última vez en ... la década de los ochenta -transformado entonces como nueva sede de ferias comerciales-, va camino de los contenedores de escombro y de los libros de historia estos últimos días. Hoy, la fachada principal de la histórica azucarera y feria de muestras de Torrelavega muda de piel para convertirse en el acceso principal a un gran centro cultural, en el marco de la actuación más cara que se ha hecho en este complejo y que ha tramitado jamás -aunque sin poner nada de dinero porque se financia todo con fondos regionales y europeos- el Ayuntamiento de Torrelavega. Con los 11,8 millones de euros de la segunda fase, parte mollar de la metamorfosis y la creación de un centro cultural para todas las escuelas municipales de arte -de Arte (123 alumnos), Folclore (180), Música (160), así como Circo y Teatro Físico (330)-, cambiará también esa paleta de colores, planteada con colores más claros en todo el material gráfico que se ha ido publicando por parte de los gobiernos en los últimos años.
Las sinergias o el uso de espacios de las escuelas y el museo, entre las razones a favor de la gestión única
La segunda metamorfosis, de 11,8 millones, es la obra más cara tramitada jamás por el Ayuntamiento
Hasta entonces, de la fachada principal de La Lechera quedan únicamente los ladrillos, la apariencia más básica y sin maquillaje de este edificio con más de cien años de historia. El año que viene, entre la primera y el verano, el primer edificio industrial protegido como Bien de Interés Cultural (2019) en toda Cantabria pasará página de su heterogéneo curriculum durante más de un siglo y cuarto para renacer, esta vez, como un centro cultural y museo de arte contemporáneo. Esto es, La Lechera será la sede de las escuelas de arte, que entrenan en espacios precarios en diferentes puntos del centro; y también de la Colección Norte, dispersa también y desaprovechada desde hace años en depósitos, despachos y espacios públicos del Gobierno de Cantabria.
Fachadas y aspecto exterior al margen, lo que centra el interés y el debate estos últimos días es el interior. O, mejor dicho, la gestión del mismo. Ayuntamiento y Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Cultura y la Dirección General del área, ya han iniciado conversaciones para negociar sobre el modelo de gestión que regirá el edificio a partir del año que viene.
Administración conjunta
Este debate sobre la administración de La Lechera ya está contemplado en el convenio que el Consistorio y el Ejecutivo sellaron en la anterior legislatura, en el marco de todas estas actuaciones, pero dicha gerencia o dirección se planteaba de forma separada. A un lado, el museo, a cargo del Gobierno; al otro, el centro cultural y las escuelas de arte, por parte del Ayuntamiento.
La idea ahora, al menos la del Ayuntamiento -el Gobierno confirma el inicio de las conversaciones, pero no detalla su contenido ni su opinión-, es reconsiderar o unificar dicha gestión, como avanza el alcalde, Javier López Estrada: «Hay un espíritu de colaboración entre la Consejería y el Ayuntamiento, al igual que la hay para la ejecución de la obra, para la que la gestión sea lo más eficiente posible y al nivel de un edificio que tiene que ser uno de los edificios culturales más importantes de nuestra comunidad autónoma».
Ayuntamiento y Gobierno tienen un año, quizá un poco más, para atar todos los cabos de este debate, clave para sacar el máximo partido al nuevo centro cultural. La relación de las exposiciones del museo con la actividad de las escuelas, las colaboraciones entre ambas, el uso de los espacios en ocasiones señaladas, necesidades, sinergias... Desde el Consistorio apuntan a que lo razonable es que ambas facetas, museo y escuelas, desarrollen su actividad no de forma exclusivamente independiente, inconexa, sino también abiertas a colaboraciones.
El avance de las máquinas
Si se pasan por la zona ya habrán visto los avances de la empresa SIEC en el marco de esta segunda fase de la metamorfosis. En la fachada, las primeras demoliciones, acometidas de servicios... Después de trabajar en la transformación en un museo de 1.230 metros cuadrados del recinto, al otro lado, junto a las piscinas municipales y en el marco de la primera fase, las máquinas de la constructora torrelaveguense pasan al otro lado del complejo, su cara más reconocible y fotografiada, para actuar sobre otros 5.475 metros cuadrados.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.