El Patatal rebrota con 1.100 nuevos árboles, 386 talas y 450 podas
El parque dice adiós a especies invasoras y alóctonas, en favor de ejemplares autóctonos y generadores de biodiversidad
No hace falta que entre –tampoco puede mientras duren las obras–, pero si se asoma al parque de El Patatal de Torrelavega desde la zona ... del Óscar Freire o el Puente de Los Italianos verá lo cambiado que está. Notará, sobre todo, la ausencia de árboles y masa verde en general de unas semanas a esta parte, una 'limpia' de cientos de especies que por alóctonas o directamente invasoras, no eran grandes generadoras de biodiversidad o eran directamente un problema. Ese es uno de los criterios que explica el paisaje actual –provisional– y, sobre todo, el que seguirá después con la plantación de otros ejemplares autóctonos, más interesantes desde el punto de vista de esos aportes y la convivencia de la fauna y flora en general. Entre tanto, troncos y ramas apiladas a los costados del camino, 'cráteres' que dejarán paso a humedales y una vista mucho más despejada destacan de momento en este Patatal temporal pasado un mes de la primera fase de su restauración. La escena tiene su explicación y su detalle: en estas primeras cuatro semanas de trabajos, se ha realizado ya el 100% de las 386 talas así como el 86% de las 450 podas previstas en el proyecto. Estos árboles no desaparecen a la ligera; serán sustituidos con otros 1.100, en lo que puede considerarse una repoblación histórica para un parque de Las Tablas que si de algo se ha caracterizado en los últimos años es de falta de mantenimiento.
Ahora que una empresa especializada se pone a ello, El Patatal se encuentra completamente patas arriba y más desnudo que nunca desde el punto de vista de la flora. Con las talas y las podas, el paisaje ha dejado de ser tan denso y boscoso, permitiendo ver mucho más allá a través de las hileras de los árboles. La carretera, el campo de fútbol, el Puente de los Italianos… La idea es que, con el avance de las obras y también a lo largo de los próximos años, vaya cogiendo cuerpo, color y accesibilidad.
Para que se hagan una idea y hablando únicamente de esta restauración, quedan otros cinco meses de trabajo dentro de la primera fase, valorada en 811.569 euros; más otra de 421.952, encaminada a la creación de sendas durante otros seis meses, que podría solaparse con el final de la anterior. De aquí a finales de año, se van a plantar más de mil árboles, 1.300 arbustos y un centenar de trepadoras; de entonces hasta el verano de 2026, se instalarán caminos y pequeño mobiliario para hacer de Las Tablas un lugar más cómodo y seguro.
La inversión es de 1,2 millones en total, de la Fundación Biodiversidad y el Plan de Sostenibilidad Turística. Y los plazos son clave cuando se habla de fondos europeos: el nuevo Patatal debe estar listo y abierto a las visitas antes del verano de 2026. Mientras tanto, los surcos de tierra en algunos puntos del parque y los restos de las talas y la limpieza de los árboles son algunas de las señales de esta gran transformación, seguramente la más importante a la que se ha sometido este espacio en su historia. Aunque nació como plantación experimental en manos de Sniace y ha permanecido bastante degradado –que no en desuso–, la Administración quiere dejar ese pasado atrás y sacarle el máximo partido posible como recurso y espacio atractivo para las familias. Esto presenta tres grandes retos: plantar árboles autóctonos y luchar contra las invasoras, que ocupan cerca de la mitad del parque; acondicionar los accesos e instalar pequeño mobiliario –papeleras, bancos, aparcabicis, etc.–; así como crear hasta seis humedales artificiales, buscando la «renaturalización» de la zona.
Varios proyectos
Esa renaturalización inspira estos 1,2 millones, divididos y consignados ya en dos proyectos distintos. No son los primeros que se plantean. Para El Patatal se han lanzado varias ideas en los últimos años con vistas a su recuperación, desde la instalación de tirolinas hasta piscinas al aire libre, pero finalmente ha prevalecido una idea más sencilla y su uso como espacio de esparcimiento y deporte, que es como se viene usando fundamentalmente en los últimos años. «Está destinado a convertirse en un pulmón verde y en una gran zona de esparcimiento», avanzaba el alcalde, Javier López Estrada, durante una visita a las obras este viernes, recordando el «gran valor ambiental» del parque y su ubicación junto al centro de la ciudad; «es la recuperación de un área degradada, un proyecto ambicioso», añadía después la concejala responsable de Medio Ambiente, Patricia Portilla.
Estos objetivos sintetizan, a grandes rasgos, los dos grandes proyectos que afronta el parque de Las Tablas y están presentes en ambos expedientes. También la historia de este pulmón, «un espacio en deriva ambiental» que, «en caso de no intervención», avisan los técnicos, «perderá su interés social pero también el valor ecológico que pudiera tener como ecosistema de ribera y corredor ecológico». También figura otro recordatorio importante y que podría poner en jaque los resultados de la restauración: «Es un espacio sometido a procesos periódicos de inundación».
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