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Luis Palomeque
La pérdida de habitantes y el envejecimiento de la población amenazan el futuro de Torrelavega

La pérdida de habitantes y el envejecimiento de la población amenazan el futuro de Torrelavega

Los últimos datos del padrón y de la EPA revelan que el municipio podría bajar de la barrera de los 50.000 habitantes en los próximos dos años

David Carrera

Torrelavega

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Domingo, 18 de febrero 2018, 07:46

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La pérdida de habitantes está agravando y acelerando el continuo envejecimiento de la población en la capital del Besaya, tal y como evidencian las últimas cifras detalladas del padrón de habitantes que publica el Instituto Cántabro de Estadística (Icane). La población en Torrelavega ha vuelto a descender por décimo año consecutivo, esta vez en 785 personas, con lo que, a 1 de enero del 2017, el número total de habitantes es de 52.034 personas empadronadas en la ciudad. A ello se une un cada vez más creciente envejecimiento de la población, siendo un 24% de los censados mayores de 65 años. Se dobla así a la franja en edad infantil, que se sitúa en el 12%.

Lejos están las cifras de 2008, cuando se pensaba en el horizonte de los 60.000 habitantes gracias a las 55.910 personas censadas y que hacía pensar en un esperanzador desarrollo urbanístico y económico de la ciudad. La recuperación económica parece haberse frenado en Torrelavega en el último año. El segundo municipio de la región sigue siendo el epicentro del desequilibrio económico en Cantabria, y es que, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), la economía sigue contrayéndose y despliega sus efectos negativos en todos los parámetros de evaluación de la actividad comercial y laboral de la ciudad.

Un 17% de paro

Los datos constatan que el municipio lideró en el último trimestre la tasa de paro más alta de la comunidad con un 17,27%, casi cuatro puntos por encima de la media y un punto más que el año anterior. Además durante el año 2017 se produjo un descenso de la población activa en un 2,32%, y también descendió el número de personas ocupadas en un 3,65%. En correspondencia a estos datos, el número de parados en términos interanuales, según la EPA, se incrementó en un 4,57%, cerrando el año con 4.006 personas sin empleo. Se da la circunstancia que el año 2016 concluyó con una rebaja del desempleo del 29.23%. La tasa de actividad se redujo en un 0,2% y quedó fijada en un 72,32%.

Sin embargo al margen de los datos, uno de los efectos más negativos de la situación económica es la pérdida de población. Torrelavega, que ha cerrado el año 2017 con 52.034 ciudadanos censados, ha perdido anualmente una media del 1,34% de sus habitantes en los últimos tres años donde el PIB nacional se elevó por encima del 3%.

La población mayor de 65 años representa el 24% de los habitantes censados en el municipio

Mayores

La tasa de paro se sitúa en un 17,27%, casi cuatro puntos por encima de la media regional

Desempleo

La población infantil, de 0 a 14 años, se redujo en el último año en el 1,4%

menores

El pasado año el descenso ha sido el más acusado con una bajada del 1,48%. Con estos datos, y de continuar con la misma progresión, en el año 2020 la capital del Besaya podría bajar de los 50.000 habitantes, con los efectos perniciosos que ello conlleva para la estabilidad presupuestaria del Ayuntamiento dado que el 75% de las transferencias del Estado a las entidades locales están condicionadas por coeficientes ligados a la población. En este caso pasaría el coeficiente multiplicador de 1,4 a 1,3, lo que se traduce en una importante reducción de los ingresos que recibe el municipio.

Más de 65 años

Otro de los problemas a los que se enfrenta la ciudad, además de la despoblación es el envejecimiento de la misma. En el último año, Torrelavega ha visto reducir su población infantil (de 0 a 14 años) en un 1,7%, la misma progresión negativa que en el último trienio. A su vez, la población de la llamada tercera edad (más de 65 años) aumenta casi al mismo ritmo anual, en el año 2017 esa franja de edad creció un 1,6% y en el último trienio tuvo una media del 1,8%. Actualmente la población de mayores de 65 años es de 1 de cada 4 habitantes censados (24%) y dobla a la población infantil que suma 1 de cada 8 (12,4%). Este ritmo vegetativo regresivo hace que el municipio tenga una tasa de dependencia del 55,6% (relación entre la población activa y la dependiente), un 3,5% por encima de la media regional. También el segundo municipio de la comunidad autónoma se sitúa por encima de la media regional en la tasa de envejecimiento con un 23,30%, un 2,63% más elevado que la media cántabra y con un incremento de 0,63% en los dos últimos años.

Otro dato representativo de la negativa y problemática evolución vegetativa es el índice de recambio de población activa. Torrelavega tiene en la actualidad 68 jóvenes de 20 a 24 años por cada 100 personas próximas a la edad de jubilación, que se sitúa entre 60 y 64 años, mientras que la media regional es 85 por cada 100 y la nacional de 89 por cada 100.

Ante esta situación que podría verse agravada en los próximos años, urgen medidas para evitar otra nueva debacle en la ciudad. Bajar del listón de los 50.000 habitantes y con una base poblacional envejecida, supondría un varapalo a las expectativas de crecimiento y desarrollo que difícilmente será salvable en décadas. Por ello, tanto la administración local como la regional tienen que adoptar medidas que al menos frenen esta sangría poblacional. El objetivo es frenar la marcha de los jóvenes con medidas efectivas de acceso a viviendas, ya sea con promociones públicas o ayudas al alquiler, o favorecer la enseñanza gratuita a los niños de 0 a 3 años. El equipo de gobierno local (PSOE-PRC) es consciente de la necesidad de crear alternativas para la generación de empleo estable en la comarca y que el municipio sea atrayente para la creación de hogares para las nuevas familias.

Las comarcas industriales suelen tener los ratios más favorables en evolución demográfica y dinamismo económico frente a las zonas rurales. Sin embargo, Torrelavega tiene un comportamiento socioeconómico y demográfico absolutamente negativo y regresivo, que se quiere reconducir con la puesta en marcha del Plan Estratégico, entre otras medidas. Esta herramienta debe ser clave para conocer el diagnóstico real de la ciudad y lo que es más importante buscar soluciones y hacer efectivas medidas sociales y económicas que ayuden a Torrelavega y a sus vecinos a mirar al futuro con más optimismo.

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