La Plaza Mayor de Torrelavega sigue a la espera de la remodelación prometida
La última gran reforma de este histórico enclave de Torrelavega data de 1992, con la instalación del templete y la fuente ornamental, hoy en día sin uso y en mal estado
La Plaza Mayor de Torrelavega, antaño epicentro de la vida social y comercial de la ciudad, atraviesa hoy uno de sus momentos más grises. ... Lo que en su día fue un espacio central de encuentro se ha convertido en una zona que acumula quejas vecinales por su deterioro.
La fuente ornamental permanece apagada y cubierta de suciedad, las jardineras apenas conservan vegetación y el mobiliario urbano acusa un desgaste evidente. A ello se suman los bancos y las paredes cubiertos de grafitis, un auditorio que también presenta pintadas y humedades, y un pavimento con baldosas levantadas y grietas que aumentan la sensación de abandono, transmiten inseguridad y dificultan el tránsito de los peatones.
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Claves
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Sin solución La fuente ornamental continúa apagada y acumula suciedad en pleno centro de la ciudad
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Desperfectos Baldosas levantadas, grietas, grafitis en bancos y paredes, y humedades muestran el deterioro
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Lejos de lo que era Vecinos coinciden en que la plaza carece de atractivo y apenas funciona como lugar de encuentro
El estado actual contrasta con las numerosas promesas de remodelación integral formuladas en la última década. En 2019, el equipo de gobierno anunció la inclusión del proyecto en el programa europeo Edusi, con la intención de convertir la plaza en un espacio más abierto y conectado al entorno peatonal del centro. Dos años después, se reservó una partida de casi un millón de euros en los Presupuestos municipales para acometer la reforma, con varias alternativas de actuación sobre la mesa. Sin embargo, ninguna de estas propuestas llegó a materializarse ni se fijó un calendario claro de ejecución.
En 2024, Torrelavega Sí reclamó de nuevo una intervención urgente para devolver vitalidad a este espacio. Su portavoz, Blanca Rosa Gómez Morante, señaló que la plaza «languidece en el abandono» y recordó que en otras épocas fue escenario de mercados, actividad hostelera y comercio. Desde entonces, poco se ha avanzado en definir un calendario real para la actuación y las críticas se han intensificado.
Mientras tanto, vecinos y comerciantes lamentan que la plaza no cumpla la función de lugar de encuentro ni de dinamizador económico. Muchos coinciden en que ha quedado reducida a un espacio de paso, sin atractivo, muy por detrás de otras zonas céntricas como Baldomero Iglesias o La Llama, que sí han sido objeto de remodelaciones exitosas.
La última reforma, en pesetas
La última gran intervención en la Plaza Mayor se remonta a 1992, cuando se invirtieron 65 millones de pesetas en una reforma que introdujo el actual templete y la fuente ornamental. Más de treinta años después, esos elementos permanecen, pero convertidos en símbolos de un proyecto inacabado y de una remodelación prometida en repetidas ocasiones que todavía no ha llegado.
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