Un robot detonador derribará el edificio de la calle Ave María en Torrelavega
La máquina, única en Cantabria, de apenas una tonelada y control remoto, permitirá un derribo más seguro en pleno centro de la ciudad
Torrelavega se prepara para una demolición singular en pleno corazón de la ciudad. El edificio situado en el cruce de las calles Ave María y ... Serafín Escalante, a escasos metros de la plaza Baldomero Iglesias y frente a la iglesia de la Virgen Grande, será derribado con un método inédito en Cantabria: la utilización de un robot demoledor manejado a distancia. La empresa Palomera S. L., encargada de los trabajos, ha confirmado que empleará esta maquinaria de última generación para ejecutar una operación compleja en un entorno urbano especialmente sensible.
José Barrio, jefe de obra de la compañía, explica que este dispositivo «es una especie de mini retroexcavadora controlada por mando a distancia, equipada con cizalla o martillo». Su principal ventaja reside en el tamaño y el peso: apenas una tonelada. Esto permitirá introducirlo en zonas donde la maquinaria convencional no podría acceder. «El edificio tiene una estructura de hormigón y, para trabajos así de complicados, lo mejor es una máquina pequeña pero eficaz. En este caso resulta ideal», señala.
El procedimiento previsto consta de varias fases. Primero se abordará la cubierta, construida en madera, con tareas manuales. Una vez completada esa parte, el robot entrará en acción sobre los forjados. «Se subirá con grúa hasta el nivel situado bajo la cubierta y, desde ahí, se desplazará sobre orugas demoliendo suelos y elementos estructurales mientras el operario permanece a cierta distancia», explica Barrio. La compañía adquirió el equipo hace apenas dos años y asegura que no existe otro igual en la región.
La novedad tecnológica llega tras meses de debate ciudadano en torno a este inmueble. Con una superficie de 300 metros cuadrados, el bloque carece de valor arquitectónico reseñable y su estado de conservación hacía necesaria una rehabilitación muy costosa. Urbanismo dio luz verde en mayo a la licencia de derribo y celebró que la parcela pueda destinarse a un proyecto residencial adaptado al planeamiento vigente. La concejala Jezabel Tazón subrayó entonces que operaciones como esta «permiten dinamizar el mercado inmobiliario y dar respuesta a la demanda real de vivienda en la ciudad».
Sin embargo, la ubicación del edificio, en una de las esquinas más transitadas del centro, generó en julio inquietud entre hosteleros, comerciantes y vecinos. El vallado perimetral ocupa unos 160 metros cuadrados de vía pública y obligó ya a desviar el tránsito peatonal. El Partido Popular pidió retrasar la demolición hasta después de las fiestas de La Patrona, argumentando que las molestias y el riesgo de colapso en una de las entradas principales a la plaza podían resultar «potencialmente peligrosos» en momentos de máxima afluencia. Finalmente, el Ayuntamiento optó por aplazar las tareas más ruidosas y pesadas hasta el fin de las celebraciones, en coordinación con la promotora.
Ahora, superado el paréntesis festivo, los trabajos avanzan hacia la fase decisiva. El jefe de obra de Palomera confirma que el derribo comenzará «aproximadamente dentro de un mes» y que los operarios que manejarán el robot ya han recibido la formación necesaria. «Se trata de un equipo que requiere aprendizaje específico y contamos con dos trabajadores capacitados para hacerlo con seguridad», afirma.
El inmueble, recordado por muchos torrelaveguenses como uno de los bloques más reconocibles del entorno, dará paso a una construcción de mayor altura, con viviendas modernas y adaptadas a las exigencias actuales. El proyecto, impulsado por un promotor madrileño vinculado familiarmente a la ciudad, simboliza a ojos del equipo de gobierno local una forma de revitalizar suelo urbano consolidado en un momento en que la oferta de vivienda se ha convertido en una de las principales demandas sociales.
Mientras tanto, la expectación recae sobre la máquina que asumirá el protagonismo en la operación. Su entrada en escena marcará un precedente al aplicar un sistema de demolición más seguro, preciso y adaptado a los entornos donde el espacio escasea.
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