Las obras previstas en el centro de Torrelavega esperarán a que terminen las fiestas patronales

En Torrelavega, el calendario de obras también se adapta al ritmo festivo. Con las Fiestas de la Virgen Grande a la vuelta de la esquina, el Ayuntamiento ha decidido aplazar dos actuaciones previstas en el casco urbano para evitar interferencias durante los días de mayor actividad en las calles. La decisión llega tras revisar con las promotoras los plazos de inicio de las obras, cuyas licencias ya estaban concedidas.

Uno de los inmuebles afectados se encuentra en la esquina de las calles Ave María y Serafín Escalante, frente a la iglesia que da nombre a las fiestas. Un tema que se venía debatiendo en los últimos días y que ha sido criticado por el PP al coincidir, previsiblemente, con las fiestas patronales. Dentro del edificio, los operarios han comenzado con tareas previas, como el vaciado y la retirada de elementos interiores, tal y como ya avanzó este periódico. Pero la demolición del exterior se ha aplazado. No habrá ruidos ni maquinaria pesada hasta que acabe el programa festivo. Además, durante esos días se modificará el vallado para dejar más espacio libre al paso de peatones, en una zona que previsiblemente estará muy concurrida.

El otro proyecto afecta a un edificio de casi un siglo, situado en el número 24 de la calle Consolación. Está previsto que sea rehabilitado y convertido en trece viviendas, pero los trabajos no comenzarán hasta después del 18 de agosto. La promotora ha aceptado el cambio de fechas, consciente del momento en el que se encuentra la ciudad y del impacto que puede tener una obra activa en pleno mes de agosto, especialmente en un entorno tan céntrico.

Desde Urbanismo, aseguran que esta reorganización de los tiempos busca proteger el ritmo cotidiano de vecinos y visitantes. «No es solo cuestión de imagen o de ruido», explican, «sino de respeto por el espacio público en días señalados». También se ha valorado la seguridad peatonal, al estar ambas ubicaciones en zonas muy transitadas durante las fiestas. En ese sentido, se agradece especialmente la disposición de las promotoras a colaborar, adaptándose «con rapidez» a una petición que, aunque no es obligatoria, sí refleja sensibilidad con la vida local.

Agosto no es cualquier mes en Torrelavega, es cuando la ciudad está más viva. Las fiestas mandan, y en este caso, las obras se apartan a un lado. Una tregua constructiva que, más que un parón, es una muestra de coordinación. Porque durante ese mes, Torrelavega se celebra. Y todo lo demás puede esperar.

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